martes, 27 de enero de 2015

Soliloquios fugaces

Soliloquio nº 3

"...¿yo?, yo no tengo tiempo para registrar..."

 Hoy vuelvo a emprender una reflexión sobre los registros de enfermería, un soliloquio (monólogo de un personaje en una obra dramática) fugaz ya que, ¡cuántas veces y qué rápidamente se pierde nuestra voz cada vez que intentamos transmitir la importancia de registrar, y qué solos estamos!. "Monólogo en obra dramática" o, lo que es lo mismo, "Discurso en el desierto". El silencio, la presencia que oímos después de nuestra última palabra, presencia que se rompe, solamente, cuando alguien vomita la frase del título "...¿yo?, yo no tengo tiempo para registrar...". 
  ¿Por qué siempre hacemos referencia al tiempo cuando hablamos de registrar? ¿Por qué no hacemos lo mismo cuando nos referimos a cualquiera de las otras decenas de actividades que hace una enfermera? ¿Por qué no me falta tiempo cuando tengo que contestar 8, 10, x veces al teléfono? O cuando facilito documentación o datos clínicos a mi colega facultativo, datos al alcance de cualquiera de mi entorno, ¿por qué no me falta entonces tiempo? Cuando hago una pausa porque "es que hoy no puedo más", ¿me falta tiempo? ¿o tal vez tengo tiempo suficiente para ello?  Todo esto desemboca en una pregunta clave:
¿De qué categoría es la actividad "registrar" que siempre puedo obviar realizarla?
 Todavía no hemos comprendido que nada de lo que hacemos alcanza su utilidad plena, obtiene los mejores resultados posibles, si no existe su registro (escrito, oral , imágenes...), si no hemos dejado constancia de ello.
"Registrar" no es una función de segundo nivel dentro del rol de enfermería.
"Registrar" es un imperativo para Enfermería (con mayúsculas).
 "Registrar" y "visibilidad" van de la mano. Nunca nos haremos visibles si no dejamos constancia de nuestro actuar (ya hice referencia a ello en mis reflexiones nº 7, 8, 12 y 13). Pero ésto no es lo más importante: ¿hace falta enumerar los por qué del registrar? Aún así, hagámoslo:
  1. Facilitar la comunicación de la información con el resto de profesionales asistenciales, fomentando el trabajo en equipo de forma eficaz i dinámica.Y para que este proceso sea completo, ha de ser participado por los intereses del pacienete i su familia. 
  2. Promover cuidados enfeermeros de calidad. Un buen registro permite evaluar el progreso del paciente y determinar qué intervenciones han ido eficaces y cuáles no, si los resultados obtenidos han sido los esperador o si el Plan de cuidados ha de ser modificado; posee el potencial de mejorar la calidad de la asistencia y la atención dada al paciente, fortaleciendo todo aquello relacionado con su sseguridad. 
  3. Constituirse en una herraamienta fundamental para la toma de decisiones. Los registros se convierten en bases de datos que facilitan tanto la gestión de los recursos humanos, tecnológicos y financieros como la posibilidad de estimular investigaciones en cuidados de enfermería, que hagan enriqueceer la evidencia científica y tengan la debida repercusión en la mejora asistencial de los pacientes.
  4. Reflejar los estándares legales y profesionales. Muestran la adecuación a los requisitos profesionales de enfermería en el ejercicio de su actividad, rebelan los conocimientos de las enfermeras, sus habilidades y sus actitudes y, ante un conflilcto judicial, se constituyen en herramienta testimonial de la actuación enfermera con el paciente.
  5. Ser uno de los símbolosde nuestra profesionalidad, donde se muestra la coherencia del discuro enfermero, tanto el propio como el de la institución.
  6. Ser una de las imágenes del espejo tridimensional de nuestra esencia, una de las imágenes que estimulan el desarrollo de la profesión y nos otorga visibilidad.
  7. ...

   Y estos por qués del registro orientados, siempre, al paciente como horizonte al que llegar.
"Cuando uno quiere, puede. El resto son excusas"
En próximos soliloquios platicaré sobre tipos de registro y métodos de registro. De momento, por favor, hagamos caso a nuestros registros enfermeros, a lo que nos indican sus funciones, en definitiva a la importancia de su existencia como contrapunto a nuestra existencia.



3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. Falta concienciación.

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  2. Totalmente de acuerdo. Falta concienciación.

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  3. ¿Y cómo concienciar? ¿cómo hacer que despierten de ese estado de sopor?
    Comienzo a pensar que nuestras voces, las que enriquecen entre muchas otras mi "Biblioteca de Alejandría", en lugar de dispersarse y romper silencios acomododados, se quedan rebotando entre nuestras páginas, alimentando nuestras ideas, ideas que se vuelven huérfanas y silenciosas. Cuando abrí este blog lo hice pensando en incentivar la participación de mis colegas de trabajo, de hacerles decir lo que pensaban, aquello en lo que coincidíamos o no, de explotar ideas que pudieran servinos para el día a día, de intercambiar puntos de vista... Poco feedback he encontrado, de momento. ¿Dónde está nuestro error? ¿Cómo hacer para convertir todas las voces en una y, de ese modo, alzar la voz, hacerla audible?
    Gracias Charo

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