viernes, 13 de febrero de 2015

Explorando Lo Incomprensible

Verba volant scripta manent

 De nuevo un cambio. Y es el tercero. De Reflexiones a Soliloquios y de éstos a exploraciones de Lo Incomprensible. Un nuevo título para estas entradas que pretendían ser un incentivo al diálogo entre iguales y que, aunque os agradezco el haber superado las 3.000 visitas, no obstante tienen aún pendiente el conseguir ese objetivo. Sí que han habido breves conversaciones e intentos por establecer ámbitos de trabajo conjuntos. Incluso sé de alguno de mis compañeros que lee estas reflexiones aun sin atreverse a intervenir. 
   La tarea está todavía por hacer, aún hay que llegar e inundar, contagiar, y despertar instancias dormidas, conocimientos ya sabidos. Decía José María Valverde (1926-1996), poeta, ensayista, crítico literario, historiador de las ideas, traductor y catedrático, en una de sus sabias clases magistales a las que tuve la suerte de asistir durante mis esudios de Filosofía en la Universidad de Barcelona, que el motivo de que un niño pequeño no hablase no era porque no supiera hablar sino porque había olvidado lo que sabía, "el lenguaje conserva en la memoria lo que estuvo y ya no está, y nos hace sentir su nostalgia (...) El lenguaje es contínuo e inevitable". El lenguaje nos permite hablar de aquello que ya no está presente, de aquello que nos ha dejado en la memoria, de su huella. Hablar es recordar lo aprendido. Sin recuerdos no hay lenguaje: "si al niño no se le sumerge en lenguaje una vez alcanza la edad apropiada (..) pierde definitiamente la oportunidad de hacerse un ser humano". No dejemos que nos ocurra lo mismo: si no nos sumergimos en nuestro propio lenguaje no emergeran nuestros recuerdos, nuestros conocimientos, y seguiremos siendo invisibles, perdiendo la capacidad de hacernos plenamente enfermeros. Debemos perseguir con nuestro lenguaje, con nuestro hablar-nos, el recuerdo de nuestros conocimientos olvidados, hacerlos y hacernos visibles. Debemos contagiarnos de y con nuestro lenguaje.

Una breve explicación del título.
Después de la última entrada y con el refuerzo de los comentarios recibidos, había que dar otro sentido a este blog, no utilizarlo como pedestal desde el cual gritar verguenzas propias y ajenas, debía darle un sentido constructivo y volver a perseguir el objetivo inicial.   
Palabras: Lo Incomprensible = enfermeria y su invisibilidad. Mientras reflexionar, construir soliloquios implicaba soledad, individualidad, inexistencia de interlocutor, explorar implica actuar, buscar, intentar averiguar, deseos de descubrir, y todo ello interactuando con otros. 
 Origen: el libro de Enrique Vila-Matas, "Exploradores del abismo", y la expresión "anécdota de Lo Incomprensible", que utiliza en referencia a un relaato del escritor César Aria, de otro de sus libros, "Aunque no entendamos nada".
Sentido: siguiendo a Vila-Matas, no entender nos hace más creativos, Lo Incomprensible nos obliga a un esfuerzo por entender; que "aunque nada entiendo de este mundo, si entiendo, en cambio, que debo tomar una posición ante él"; que lo que no comprendo "abre la puerta de la tolerancia, en definitiva de la compensión".



Vayamos ahora a por el subtítulo, verba volant scripta manent. 
Esta expresión, atribuída a Cayo Tito, viene que ni pintada para ejemplificar un tema, nunca redundante, sobre el que se debe hablar y hablar, de nuevo, los registros. Verba volant scripta manent, "las palabras vuelan, la escritura permanece". Hoy utilizamos esta expresión para remarcar la importancia del lenguaje escrito sobre el lenguaje oral, pervirtiendo el sentido inicial de dicha expresión, que era su contrario, es decir, "las palabras vuelan, se transmiten; la escritura está prisionera, permanece inmóvil, como muerta". Es evidente que la expresión escrita ha alcanzado unos límities de uso inimaginables, superando con creces la expresión oral. Y me refiero a su utilización sin tener en cuenta si ésta es correcta o no, si sigue las normas establecidas, si llega a todo el mundo y si es comprensible para todos. A diferencia de los autores medievales, hoy creemos que el lenguaje oral es mucho más frágil que el escrito, fácilmente olvidable, y de transmisión poco fiable. Le damos preeminencia al lenguaje escrito: miles de libros nuevos se editan cada año, las palabras escritas están por todas partes, en paredes, anuncios, junto a imágenes, en formato portable, escritos electrónicos, etc. Y aún así, se escribe poco y mal. Creemos en el lenguaje escrito pero no nos "acordamos" de cómo usarlo, buscamos atajos utilitarios sin importarnos forma ni contenido. Debemos "recordar", traer a la memoria el lenguaje, despertar nuestros recuerdos linguísticos.

¿Cómo aplicar todo ello a nuestros registros enfermeros?
¿Cuáles son  nuestros conocimientos dormidos sobre las características que deben cumplir los registros?   
  • Legibilidad y comprensión. Han de poderse leer fácilmente y debe entenderse su contenido.
  • Precisión y exactitud. Han de referenciarse en tiempo y espacio, expresar la autoría de quién registra y la adecuación de los datos a la realidad.
  • Simultaneidad. Han de realizarse de forma paralela a la asistencia, sin demora en el tiempo
  • Objetividad. Descartar opiniones personales y juicios de valor.
  • Exhaustividad. No limitarse a hechos. Sentimientos, emociones, lenguaje no verbal, inclusión de la familia, educación... son instancias que raramente se recogen en los registros. 
  • Normatividad gramatical
    • Reglas ortográficas y sintácticas.  
    • Evitar abreviaturas no normativas 
    • Descartar el uso generalizado de mayúsculas 
    • No utilizar la forma impersonal 
    • No romper la dinámica de lectura. 
  • Normatividad legal
    • Ajustarse a las normas legales sobre registros: confidencialidad, responsabilidad, derecho a la información, transmisión de la información, cumplimentación y custodia de la historia clínica. 
  • Normatividad ética
    • Nunca dejar en evidencia a terceros 
    • Eliminar prejuicios interiorizados
    • Respeto por las creencias ético-religiosas y culturales de los pacientes
    • Respetar los criterios de delgación
¿Hay algo nuevo en todo ésto? Seguramente no, lo hemos oído y leído un montón de veces, pero lo hemos olvidado muchas más. Necesitamos contínuamente reforzar nuestra memoria para evitar que estos conocimientos caigan en el olvido. Alguien dirá, "después de tantas palabras, ¡qué pocas han sido novedosas!", tal vez sí, pero hay ámbitos, espacios, lugares comunes que no precisan de inventos ni de revoluciones, sólo requieren ser revisitados y conseguir adaptarlos a los nuevos desarrollos de nuestro rol. Los registros son los que son. Podemos revestirlos con formatos diversos y mediante sistemas distintos, pero sus características deberían seguir siendo las mismas.
Y aquí, tampoco hay demasiadas novedades:
  • Formatos: listados de valoración, gráficas, protocolos, clasificación de problemas, check-list,...
La mayoría de estos formatos se aplican en las 4 primeras fases del Proceso Metodológico Enfermero. Para la última fase, la Evaluación, mayoritriamente se utilizan formatos de texto libre (observaciones, nota de curso, nota de progreso...). Es en esta fase donde encontramos distintos sistemas de registro, en los cuáles también se implementan alguna de las 4 fases precedentes del Proceso:
    • Registros narrativos. Utilizados mayoritariamente para la fase de Evaluación del Proceso Metodológico Enfermero
    • Registros orientados a problemas: 
      • SOAP/SOAPIE.. S, subjective; O, objective, A, assessment/analysis; P, plan; I, implementation; E, evaluation
        PIE.   P, problema; I, intervención; E, evaluación
        SBAR/SAER. S, situación; B/A, antecedentes; A/E, evaluación; R, recomendaciones
    • Registros focalizados.
      • DAR. D, datos; A, accción, R, respuesta
    • Registros por excepción. Registro de datos que caigan fuera de los límites deseables o establecidos.
No hay duda: a la vista de los registros que llenan las historias clínicas de nuestros pacientes, hemos olvidado en gran parte cómo debemos realizar estos registros. Alimentemos nuevamente nuestra memoria y utilicemos nuestro lenguaje.

   "Antes de registrar en la historia de tu paciente piensa, por un instante en
qué quieres decir               por qué quieres decirlo              y cómo vas a decirlo"


 

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