domingo, 8 de enero de 2017

Explorando Lo Incomprensible 

En busca del término perdido

 
Creo llegada la hora de exponer, de forma más o menos extensa y explícita y a riesgo de ser criticado a partir de este momento, mi punto de vista respecto a propuestas actuales de gran calado en el mundo sanitario, propuestas la mayoría de ellas surgidas bajo el epígrafe humanización

  Es reconocida mi "crítica", blanda crítica, a todo este movimiento, que no lo es tanto por cómo se materializan sus postulados sino por cómo se ha construido todo ese discurso y bajo qué premisas. Intentaré demostrar que se parte de un falso inicio o principio tergiversado que nos conduce, eso sí, a una encomiable pero a la vez hipnotizadora respuesta de provisionalidad.

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  En su última y acertada entrada, Fer nos sugiere con su reflexión el vínculo entre los términos humanización y altruismo y cómo este último se encuentra implícito en aquello que convenimos en llamar vocación. Vayamos por partes y, como siempre, recurramos a las definiciones de los términos (RAE y WordReference):
  • Humanización. "Adquisición de características más humanas y amables". "Acción y efecto de humanizar o humanizarse".
  • Humanizar. "Hacer a algo o a alguien más humano, familiar y afable". "Ablandarse, hacerse más amable y caritativo".
  • Humana/o. "Caritativo, solidario y bondadoso". "Comprensivo, sensible a los infortunios ajenos".
  • Caridad. "Sentimiento que empuja a las personas a la solidaridad con sus semejantes". "Actitud solidaria con el sufrimiento ajeno".
  • Altruismo. "Diligencia en procurar el bien ajeno sin esperar nada a cambio". "Diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio".
   Como siempre ocurre al intentar definir un término, en la propia definición surgen nuevos términos que nos conducen a otros y así ad infinitum. Humanización, humana/o, caridad, solidaridad, bondad, comprensión, sentimiento... Cuando decimos pues que "debemos humanizar nuestra sanidad", "humanizar las urgencias", "humanizar las UCIs", "humanizar nuestros entornos hospitalarios", etc., lo que estamos diciendo, a tenor de las definiciones, es que debemos ser más. Pero, ¿más qué? Más caritativos, más solidarios, más bondadosos, más comprensibles, más sensibles... con el otro, con un otro que sufre.
   No es baladí este más; "más" presupone que aquello de lo que se habla ya existe en una cantidad determinada, si aquello es mensurable, y que es susceptible de ser aumentada. Y digo que no es baladí puesto que este es el precepto que no se tiene en cuenta en todo este proyecto H, precepto que se ha visto tergiversado o falseado de forma inconsciente, no me cabe la menor duda,y por supuesto, sin voluntariedad de tal inconsciencia. Nuestra profesión, sea de la rama sanitaria que sea, en mayor o menor medida ya lleva dentro de sí la caridad, la solidaridad, la bondad, la comprensión, el sentimiento... y todo ello porque nuestra razón de ser es el sufrimiento del otro. No tendría sentido, por ejemplo, ser enfermero si dichos valores no se encontraran ya en nosotros; en tal caso, dediquémonos a otra cosa.

  Es por ello que afirmo que estamos ante un falso principio o principio equívoco cuando leemos "Tenemos un Plan. Objetivos: Humanizar los cuidados intensivos(...)". No, no hay que humanizar lo que per se ya es una actividad humanitaria. "La palabra "humano" se ha ido haciendo atronadoramente muda, como la H", oímos. No! En todo caso lo que ha enmudecido es nuestro acercamiento al otro, al paciente; hemos pasado a considerarlo un objeto, algo que está ahí esperando nuestra acción, la acción de un sujeto, ahora sí un nosotros mudo, un "nosotros" con una carencia individual en nuestro haber, la H. Y esta H pasa a convertirse en un prefijo privativo, negativo, el prefijo des-. Somos "nosotros" como individuo, no como profesión, un sujeto des-humanizado en tanto que objetivamos, no en esencia sino en existencia. Esto merece una explicación: nuestra profesión en su esencialidad es eminentemente una profesión humanitaria, con un gran base científica y no ajena a intereses humanísticos (no confundir humanitario con humanístico). Esa es nuestra esencia.
  Nuestra existencia es otra: una existencia marcada por la precariedad y falta de reconocimiento laboral, por el devenir opresivo de una sociedad en claro declive y centrada más en las esperanzas científico-tecnológicas que en aquellos aspectos relacionados con la sociabilidad. Y es en esa tesitura cuando se produce la des-humanización de nuestras acciones y, por extensión de todo aquello que tiene que ver con ellas, el entorno dónde se ejecutan, los valores que reflejan, las terceras personas con las que interactuamos... Des-humanizamos todo aquello que tocamos porque socialmente nos hemos des-humanizado, hemos objetivado todo aquello con lo que interactuamos, ya no somos quién o quiénes sino qués cotidianos, faltos de identidad, homogéneos y estandarizados en conceptos genéricos impersonales.
 
 ¿Y entonces, no es lícito decir que debemos humanizar nuestra profesión, sus actores, su entorno, sus recursos? No. Nuestro deber es RECUPERAR esa característica perdida no en nuestra profesión sino en nosotros mismos, característica que no es otra más que la FILANTROPIA, el amor a la naturaleza humana. Cabría remontarse a la Grecia helenística para encontrar ya este término en relación a la medicina; en "Preceptos", uno de los escritos del Corpus Hipocrático podemos leer:
"Donde hay amor a la humanidad -philanthropia- también hay amor a la ciencia -philotekhnie"
  Y de eso es de lo que carecemos hoy a nivel individual, de la suficiente filantropía que hace que amemos nuestra profesión. Y digo filantropía en ese sentido girigo de amor desinteresado por el prójimo, de ese dar sin esperar nada a cambio lejos del sentido contemporáneo de ofrecimiento económico desinteresado dado desde una posición elevada socialmente. No, la philanthropia giriega no es la dádiva del poderoso para con los otros. La philanthropia griega, tal y como yo la entiendo y deseo ver de nuevo en nuestra profesión, es ese amor al hombre, amor a la naturaleza humana, que no es más que el reflejo de la amistad -philia-, un amor a la perfección de la naturaleza humana en su individualidad. Como dirá Laín Entralgo en su "La medicina hipocrática"
 
"En el amigo se ama la naturaleza humana, y en ésta la physis universal, la naturaleza in genere. En su último fondo, un acto de amistad sería un acto de amorosa pleitesía a la divina physis".
  Sólo así puede ser entendida y aceptada nuestra profesión, desde el amor/amistad por el otro.
No a la expresión tautológica "Humanización de la ciencia médica".
Sí por un "retorno filantrópico de nuestra profesión"
 
  A falta de encontrar un término único que englobe en sí este concepto de "retorno filantrópico" propongo que hablemos de "Normalizar la ciencia médica", "Normalizar los cuidados intensivos", "Normalizar las urgencias", etc, en el sentido de enderezar, de encauzar, de volver a un estado original perdido por confusas y opacas individualidades.
 
 
Nota final.
Leo, "No lo llames Humanización... llámalo Responsabilidad". Sí, también. Esa filantropía hacia la naturaleza humana, esa filantropía puesta en todos y cada uno de los cuidados que prestamos al otro es lo que llamamos "responsabilidad". Responsabilidad es hacer hoy de nuestra ciencia lo que nunca debió olvidarse de ser, no humanizarla sino hacerla más humana, superponer esa filantropía original a la misantropía contemporánea de ciertas individualidades.

 
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6 comentarios:

  1. Hola Jaume; una entrada para quitar tufo a golosina y cancamusa y poner las cosas en su sitio. En efecto planificar recuperar lo que nunca se ha perdido da hasta verguenza ajena...

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  2. "Golosina y carcamusa", me has hecho reir! Sí, es un poco cansino ver cómo se va extendiendo ese concepto ¿irreal? ¿forzado? y cómo seguimos babeando ante cada nueva "colonización" en cualquiera de nuestros ámbitos. Con esta entrada intento calmar el "desasosiego", hermosa palabra de nuestro amado Pessoa,que me produce la lectura de cada nueva "fechoría".
    Gracias por seguir leyéndome, Salva!

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  3. Siento discrepar, el humanismo es una corriente del Renacimiento que tiene una definición mucho mas amplia de la que mostrais.
    "El humanismo es una actitud filosófica y ética que hace hincapié en el valor y la agencia de los seres humanos, individual y colectivamente, y que por lo general prefiere el pensamiento crítico y las pruebas (racionalismo, empirismo) sobre la aceptación de dogmas o la superstición. El significado del término humanismo ha fluctuado según los movimientos intelectuales sucesivos que se han identificado con él;[1] sin embargo, en general el humanismo se refiere a una perspectiva que afirma alguna noción de libertad y progreso. En los tiempos actuales, los movimientos humanistas están generalmente relacionados con el secularismo y "humanismo" normalmente se refiere a una filosofía de vida no teísta centrada en la capacidad de una humanidad que mira a la racionalidad y no a dogmas religiosos con el fin de entender el mundo.[2"
    No todas las corrientes enfermeras son humanistas ni todo el mundo tiene que identificarse al 100% con ella.
    Por otro lado justamente tambien discrepo del momento en que nos alejamos de este enfoque, para mi la pérdida de ciertos valores justamente se produce en la época de las vacas gordas y ahora en plenas vacas flacas vemos quizás un valor añadido a tener presentes ciertos MAS cuando ofrecemos MENOS.
    Para mi no es ni irreal, ni forzado, pero tampoco he pretendido colonizar a nadie en mi dia a dia, trabajo siguiendo los modelos enfermeros que mas se ajustan a mi manera de entender la disciplina enfermera y intento ser honesta.
    Gracias por estos espacios de reflexión

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  4. Gracias Eva por tus comentarios.
    En mi reflexión avisé sobre la posible confusión entre los términos "humanitario" y "humanístico". Y creo que esa confusión se refleja en tu observación. "No todas las corrientes enfermeras son humanísticas", en eso estoy de acuerdo, pero lo que expuse es que "nuestra profesión en su esencialidad es una profesión eminentemente humanitaria". Humanitaria, no humanística, referencia a valores éticos no a productos culturales.
    Por otro lado, deberíamos poner en cuestionamiento la definición de "humanístico" de la Wikipedia que incluyes, -la dicotomía entre racionalidad y dogmas religiosos, por ejemplo, es demasiado rigida-.
    Seguiremos reflexionando con pasión y ejerciendo nuestra profesión con com-pasión.
    Saludos.

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  5. Algo escribí en tu línea....me ha encantado el tuyo y retiro el de mi blog.
    http://minumerotrece.blogspot.com

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    1. No, por favor! Nunca las palabras de otro han de enmudecer las de uno mismo. Todas las ideas y opiniones tienen cabida y suman para entender un fenómeno.
      No recuerdo si leí tu entrada "Humanizar:tan fácil y tan complicado", pero quisiera hacerlo. Publicala de nuevo, por favor.
      Gracias por tu comentario.

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