miércoles, 24 de enero de 2018

Wovon man nicht sprechen kann, darüber muss man schweigen

Cuando tenía unos 10 años recuerdo que había, en las atracciones de las ferias de mi ciudad e incluso en el gran Parque de Atracciones de Montjuich de aquel entonces, unas máquinas en las que podías hacer un cuadro de vistosos colores de forma muy fácil. Consistía en una plataforma giratoria sobre la que se depositaba un papel blanco, inmaculado, sobre el que se tiraban pinturas de diversos colores. Dependía de la combinación de colores y de lo rápido o lento que girara la plataforma lo que te hacía conseguir unas obras realmente bonitas. ¡Qué recuerdos!. Aún así, nunca tuve uno de esos cuadros, nunca me dejaron "jugar" a ello, supongo que por el precio de la atracción. Una frustración más.
   
  ¿Por qué de este recuerdo?

[Hago aquí un inciso. Esta entrada la comencé a escribir creo que hace aproximadamente 3 o 4 meses. Y ahí quedó, sin terminar -como tantas otras cosas en mi vida-. Durante este tiempo he pensado mucho en ella, en qué era exactamente lo que quería decir, qué fue lo que me incitó a intentar escribirla... Ya no lo recuerdo. Y de hecho, poco importa. Me pregunto a menudo si es que ha dejado de existir para mí Lo Incomprensible en enfermería, si no hay nada más a explorar. ¿Está todo dicho? ¿No hay ya más zonas oscuras, más abismos por los que es posible caer sin llegar a saber lo qué nos espera el final, caída en ocasiones voluntaria y temeraria? No, no es así. Desgraciadamente nos asaltan de forma periódica las mismas inquietudes, los mismos interrogantes, las mismas contradicciones, las mismas incomprensibles disfunciones de nuestra profesión, oleadas de descrédito que retornan una y otra vez,  como una nauseosa sensación que nos produce... Palabras y hechos que caen en nuestro lienzo giratorio y se esparcen dando lugar a un pastisch centrífugo de múltiples colores...]

24/1/2018

Casi un año desde que empecé esta entrada inacabada. O no. Quizás sea así como deba seguir este apartado de Lo Incomprensible en enfermería (o el blog entero), con silencio, un silencio que lo explica todo, o casi todo. "De lo que no se puede hablar hay que callar" dijo Wittgenstein. Y un poco antes, también dijo "el enigma no existe. Si una pregunta puede siquiera formularse, también puede responderse". Por lo tanto, ¿sigue existiendo Lo Incomprensible en nuestra profesión? es una pregunta que puede y debe responderse, en ocasiones con silencio y en otras con toda la expresividad de las palabras; aún más, con la expresividad de la acción.

  Espero volver a encontrar las palabras que reflejen, o por lo menos lo intenten, la respuesta a Lo Incomprensible, o una reflexión a ello. Sobre las acciones, el tiempo lo dirá. Si ha habido un período de silencio creo que se ha debido a dos factores: 

  • al exceso de palabras del "entorno" que  ha sido tomado como un "todo está ya dicho" y "¿qué demonios puedo aportar yo?" y también
  • al avance de aquél "otro yo" que pugna, cada vez más, por hacerse visible y que esclaviza en el mutismo y el recogimiento  aquél que yo era antes.
Lejos de dar carpetazo a esta "libreta de apuntes", perseguiré de nuevo aquello que hizo que "Impulso Enfermero" surgiera de la nada: la pasión, tardíamente consciente, por enfermería y el amor por la literatura.

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