domingo, 23 de octubre de 2016

Explorando Lo Incomprensible

Olvidar las palabras para volver a hablar.

 

Ha sido necesario que pasaran unos meses para poder volver a escribir, algo. Cada vez se amplía más el espacio temporal entre una entrada y otra. ¿No hay nada más por Explorar? ¿Se ha agotado Lo Incomprenisble? Con certeza, no. Sigue habiendo zonas oscuras y luces cegadoras que esconden, ambas, Lo Incomprensible, aquello que nos exige seguir explorando, pues sólo en el extrañamiento de lo dado encontraremos la distancia suficiente para ver claro. Entonces, ¿por qué hasta ahora y por qué ahora?

Pocas veces me ocurre que algo o alguien, una música, un escrito, cuatro palabras con un desconocido, sea capaz de zarandearme y de situarme como en la canción del Poeta, "chupando un palo, sentado sobre una calabaza", presuntuoso como soy, yo, que me creía poseedor de una fiirmeza de espíritu inalterable. Un sentimiento en cuatro acordes bien armonizados, una verdad escondida en veinte palabras, una mirada... ¡esa mirada!, son capaces de situarme en los márgenes de la realidad para hacerme ver, fugazmente, su verdadero rostro. Estamos inmersos en lo cotidiano, rodeados de lo estereotipado, de lo estandarizado, monopolizados por las promesas del futuro y, en ocasiones, empujados al descrédito del pasado, subyugados por la imaginería de lo presente ¡tanto! que creemos que es la única realidad. Extrañamiento, esa es la actitud de mi espíritu cuando "despierta" zarandeado por una brizna de auténtica reallidad. Extrañamiento que seguramente emerge como resultado del recuerdo de mi formación filosófica, posterior a la sanitaria, y que puede ser definido como "pensar". 

Y eso es lo que me ha sucedido al iniciar la lectura (recordad: este blog intentaba hablar de enfermería con unas briznas de literatura), al iniciar, decía, la lectura de un libro que te coloca en esos vértices limítrofes de lo circundante, el libro "Fora de classe. Textos de filosofía de guerrilla" de Marina Garcés, Ed. Arcàdia. (Creo que no hay traducción, pero en la misma línea y de la misma autora, podéis recurrir a "Filosofía inacabada", en Galaxia Gutenberg). Sin ánimos de intentar hacer una recensión de dicha obra, sus ideas se perfilarán en esta entrada con el significado que tienen para mí de "despertar", despertar en el triple sentido de "desvelamiento", "evocación" y  "excitación"; ideas que, con su acción de estímulo del pensamiento narcotizado, lejos de provocar el cuestionamiento, en una mezcla mareante, de las (pseudo)-realidades previamente aceptadas, incorporadas y sedimentadas en nuestro trayecto vital, resitúan en su lugar cada una de esas (pseudo)-verdades,  abriéndonos caminos que parecían inexistentes hasta entonces. 

Pensar es despertar, desvelar aquello que está oculto, evocar algo ya olvidado y hacerlo presente, excitar lo dormido. Pensar es desear, actuar. Pensamos porque queremos, porque nos apetece -dirá Lyotard-, porque la apetencia es buscar en el otro lo que nos falta a nosotros mismos, lo que está ausente y a la vez presente en nosotros mismos. No podemos desear si no conocemos aquello deseado; en este sentido está presente en nosotros lo que deseamos, una presencia ausente. Y la manera que tenemos de conocerla sólo puede ser a través del lenguaje. Por tanto, "pensar es desear" se transforma en "pensar es lenguaje". Pensar es hablar desde un interior. Nuestro pensamiento está formado de palabras, sólo somos capaces de pensar en aquello que tiene nombre. No hay pensamiento antes del lenguaje; justamente porque tenemos un lenguaje podemos pensar. Y por lo tanto, aquello que es lo es porque tiene nombre. Wittgenstein dirá que "no podemos decir lo que no podemos pensar" y, así, "de lo que no podemos hablar hay que callar". (Tractatus Logico-Philosophicus)

Pensar enfermería. Despertar enfermería, desvelarla, evocarla, excitarla. Desear enfermería. Enfermería como deseo. Enfermería como desvelamiento, evocación, excitación. Acción enfermera. Pensamiento enfermero ¿Cómo? ¿Qué palabras utilizar? ¿Podemos poner nombres a nuestras acciones, podemos pensarla? ¿O por el contrario debemos callar puesto que es un absoluto y, como tal, no podemos hablar de ella? ¿Enfermería es o lo que es son las enfermeras como agentes, como actores?
  
Pensar enfermería o mejor aún repensar enfermería, repensarnos como enfermeras. Y como todo pensamiento es lenguaje, palabras, deberíamos olvidar aquellas palabras que nos fijan a un concepto dado, que nos encierran en una visión determinada como única realidad, que nos predeterminan, que nos proyectan y a la vez nos encierran en estereotipos. Olvidar aquellas palabras que pretenden revelar la esencia de la Enfermería con mayúsculas; nombrar implica objetivar, crear un objeto; una enfermera es, Enfermería como absoluto no puede ser pensada, no puede ser nombrada, no puede ser. Se es enfermera. 

Zhuang Zi: "Busco un hombre que haya olvidado las palabras para poder hablar con él".

 Esta cita en el libro de Marina Garcés deberíamos aplicarla a nuestra búsqueda de sentido como enfermeras. Olvidemos las palabras que nos han de-limitado y comencemos de nuevo hablar de nosotras mismas. Como Caitlin:

                                                                    "I just a nurse"