jueves, 26 de marzo de 2015

Explorando Lo Incomprensible

Deconstruir Lo Incomprensible

  Enriquecedora  mañana la vivida hoy en la Escola Universitària Gimbernat con motivo de la XXIV Jornada d'Infermeria. Cepeda, Carrión, Torrejón, Campaña,... Como siempre un lujo poder escucharles y, tímidamente, participar de la conversación. Tres sesiones, o mejor dicho, dos sesiones y una "performance", todas con contenido.
  Ideaas extraídas de entre las muchas que se han comunicado :

  • Cuando la tecnología está lo suficientemente avanzada se vuelve invisible.
  • Frente a ciertos comportamientos, ¿estamos ante una tecnología imprescindile o ante una adicción a la tecnología?
  • Nativos digitales: se les otorga competencias que no poseen y se muestran incapaces de aplicar el pensamiento crítico.    
  • Cada 2 años se duplica la capacidad de computación (Ley de Moore) 
  • Necesidad de humanizar las tecnologías.
  • ¿Pensamos en lo qué necesitan nuestros pacientes?
  • Las organizaciones deben  poseer peersonas gestoras del conocimiento, para convertirse ellas mismas en organizaciones que aprenden
  • Importancia de las redes multidisciplinares
  • Definición de hackers como impulsores de proyectos
  • Negatividad en y de enfermería
  • Dicotomía entre enfermeras/gestoras: las  enfermera,: no se sienten representadas; las direcciones se siente solas, sin respaldo.
  • Origen interno de la no-visibilidad enfermera: inmovilismo, sentimiento de frustación, de inferioridad, falta de compromiso, escasa transmisión de conocimientos... Nosotros y nadie más que nosotros somos el origen de la no-visibilidad.
  • Uso de las redes como acercamiento a los pacientes.
  • Igual que utilizamos la jeringa y la aguja debemos utilizar otro tipo de herramientas que complementen nuestro trabajo, como p.ej. la gamificación
  • ....
  Y como colofón dos más para reflexionar a fondo (más incluso que las anteriores); 
  1. ¡A la Florence le metía fuego! 
  2. Tal vez haya que deconstruir lo construído hasta ahora.

 

miércoles, 25 de marzo de 2015

Explorando Lo Incomprensible

El ingrediente imprescindible o "#Amíquemeregistren"

  En entradas anteriores, he expuesto un decálogo sobre los registros enfermeros y he mostrado un futuro pin, "yo sí doy la nota, yo registro". Este pin (he modificado su imágen) formará parte (esperemos que pronto) de las acciones de mejora propuestas en el proyecto PROMETEO 2015-2017 (Proceso Metodológico Enfermero 2015-2017). 
  ¿En qué consiste este proyecto? A mediados del 2013 llevé a cabo un estudio sobre el grado de implantación y uso del Proceso Enfermero (PE), el nivel de conocimientos de enfermería y sus actitudes frente al Proceso, en tres hospitales de Catalunya. El resultado fue bastante negativo para los dos primeros aspectos, mejorándo sensiblemente en el tercero, las actitudes, que mostró unos niveles elevados de positividad frente al PE. En las conclusiones finales del trabajo hice una serie de recomendaciones principalmente referentes, sobre todo, a la necesidad de una adecuada formación continuada dirigida a la práctica asistencial, y a la búsqueda de mecanismos que incentivaran a las enfermeras al uso pleno del PE. El proyecto PROMETEO 2015-2017 engloba pues las recomendaciones del estudio, finalizado en octubre del 2014.
   De las recomendaciones que incluí en aquel estudio se han llevado a cabo dos, de momento, y están en marcha otras dos, a parte de diversas actuaciones en otros ámbitos. Las consumadas son: la confección de un póster informativo sobre el PE, de acceso al profesional y a los pacientes/familias, ubicado en sitios estratégicos de las unidades y difundido a través de las Intranets de los centros y mediante Newsletter en formato paapel; y el segundo, el pin "Yo sí doy la nota", que lo doy por hecho aunque físicamente aún no sea así. En cuanto a las dos recomendaciones que están en marcha son: la creación de un curso sobre registros de enfermería y Proceso Metodológico Enfermero de 20 horas, interno, que estamos elaborando actualmente; y, aprovechando el cambio de aplicación informática, la elaboración electrónica del PE, con expresión de los diagnósticos-resultados-indicadores-intervenciones-actividades, todo ello partiéndo de la valoración inicial y como condición sine qua non.


   Bien, esto venía a cuento porque de nada va a servir realizar estas acciones si no tenemos en cuenta al verdadero protagonista de éstas, que no es la enfermera, por mucho que hablemos de Proceso Enfermero. El verdadero protagonista, a quién realmente van dirigidas todas estas acciones, quién realmente va a verse influenciado por ellas es el paciente. El verdadero eje sobre el que pivota todo el PE es el paciente. Y por mucha formación que demos a las enfermeras, por muchas herramientas que pongamos en sus manos, si éstas no saben transmitir su conocimiento en la interacción con los pacientes/familiares o lo hacen al magen de ellos como si fueran sujetos pasivos, como meros receptores-recipientes de salud (situación ésta que se da en el día a día de nuestros hospitales y de la asistencia primaria), entonces estaremos siempre en aquél lado del espejo que no refleja, que no nos  hace visibles, en aquél lado del espejo que distorsiona nuestra imágen y tantas veces vista así que nos hemos llegado a creer que realmente así somos. Y nos formamos, y cada vez más transmitimos lo que sabemos o creemos saber ya sea mediante nuestras acciones, o a través de artículos de investigación, o en jornadas y congresos, o incluso mediante el uso de las redes sociales, en blogs, facebook, twitter, etc. Pero, insisto, nada de eso tiene utilidad si nos hemos olvidado del ingrediente imprescindible que hace subir la masa y le otorga sabor. 
  ¿Y cómo hay que introducir ese ingrediente? En alguna ocasión he hablado ya de lo que a mi me parecía  todo este movimiento enfermero en las redes sociales, de la impresión que recibía de él, y lo calificaba como de un cierto corporativismo, de núcleo cerrado en nosotros mismos incluso sin exensión a lo que llamamos enfermería de base. No contaminamos y si lo hacemos es levemente. Se mi dirá que no es así, que hay muchos profesionales que siguen, que leen, que intercambian opiniones respecto a lo que se publica en las redes sociales. Tal vez, pero siempre son los mismos. No existe una red que se extienda progresivamente y vaya abarcando más y más ámbitos. O al menos, así me lo parece. Y aún si estuviera equivocado, ¿qué hay de los pacientes? ¿Les llega a ellos todo lo que se elucubra en las redes por parte de enfermería? ¿Son conscientes de nuestras preocupaciones, de nuestros avances, de nuestro esfuerzo por visibilizarnos, de hacia dónde dirigimos nuestros conocimientos? Ellos también se mueven por las redes. Entonces, ¿por qué no anexionarnos? ¿por qué no participar, vincular, conectar ideas, opiniones, cargos y descargos?, en definitiva, ¿por qué no hacer de ambos una simbiosis? ¿por qué no convivir dentro de? ¿por qué no aliar blogs enfermeros con blogs de pacientes? Se trata de dejar que se oiga su voz por encima de las nuestras. Se trata de que sólo ellos, ¿quién si no?, saben como se sienten y lo que quieren. Y nuestra posición inicial es escuchar, escuchar para poder conocer, y conocier para poder actuar. ¿Si no escuchamos a quién tenemos delante cómo sabremos lo qué necesita?
   Pero, ¿cómo? ¿cómo hay que introducir ese ingrediente imprescindible? Es una pregunta que dejo abierta en espera de vuestras respuestas. Por mi parte, apunto a varias formas de introducción: 
  1. Realizando el cambio de turno CON el paciente.
  2. Valorando sus necesidades CON-juntamente paciente/enfermera
  3. Determinando los objetivos a perseguir CON-sensuándolos paciente/enfermera
  4. Determinando las intervenciones/actividades en CON-cordancia a los objetivos del paciente
  5. Realizando una evaluación/autoevaluación CON-stante paciente/enfermera
  6. Estableciendo programas de transmisión de CON-ocimientos paciente/paciente, enfermera/paciente
  7. Creando herramientas que CON-ecten al paciente con su historia clínica, y CON-tribuyan en su gestión.
  8. Estimulando el interés del paciente por CON-ocer, por CON-geniar, por CON-fraternizar, por CON-ectar CON enfermería y CON-tribuir a su visibilidad.
 
 Y ahora enlazo con el "yo sí doy la nota, yo registro". Este lema es un lema para enfermería, para estimular su participación en una de las fases, en mi opinión, de mayor importancia dentro de su Proceso Metodológico, el registro. Y ¿por qué no uno para sus pacientes? Y aquí lanzo el 
                             "¡A mí, que me registren!" ,
haciendo que sea el propio paciente quién reclama su participación en el Proceso en el cual él es el ingrediente imprescindible. ¡Un nuevo pin a la vista!




jueves, 19 de marzo de 2015


Explorando Lo Incomprensible

No más cero-a-la-izquierda

  Hay imágenes, experiencias vividas en nuestra cotidianidad que nos hacen sentir la vacuidad de lo inútil, que hacen crecer en nosotros la percepción de la inmaterialidad, de lo etéreo, de lo intangible, que nos convierten en invisibles, como seres incorpóreos cuya presencia se ignora. Así, como ejemplos, el dar los buenos días y obtener por respuesta el silencio; la invasión de nuestro espacio vital en distintos lugares de lo público; el contacto evitable pero voluntario, sin explicaciones y cómo si estorbáramos; la espera de ser atendidos ignorando nuestra presencia; la obligación de participar, como oyentes pasivos, de conversaciones privadas... Todo ello son ejemplos de cómo de invisibles nos hemos vuelto para los demás. Es la verdadera revolución social de nuestro tiempo, el yoísmo, el egoísmo moral, el subjetivismo radical, el (perdonad la palabra) solipsismo existencial, yo sólo, lo demás no existe.
   Y pienso en ello mientras intento mantener el interés por el discurso egocéntrico, prepotente, ególatra, narcisista, al que estoy siendo sometido en esta sala por profesionales  variopintos. ¿Por qué parece que las enfermeras, algunas de ellas expertas en determinados aspectos específicos de la asistencia, por qué, decía, parece que seamos contínuamente desacreditadas? ¿Por qué se cuestiona nuestra opinión a la mínima discrepancia? ¿Por qué solemos enterarnos las últimas acerca de problemas que son, por completo, de nuestra incumbencia? ¿Por qué parece que no existamos, que seamos como esas presencias etéreas que nadie ve, que nadie oye y cuyas certezas nunca están a la altura, sino que son pisoteadas, ninguneadas, consideradas como falsas certezas por las "sensatas opiniones" de los demás? ¿Por qué somos el cero-a-la-izquierda?
   Y sigo pensando en ello, e intento simular interés por el discurso de los sofistas que tengo delante (ay!, entre los que hay tamibién algunas enfermeras...), cada uno de ellos ejercitando tantos giros linguísticos sobre sí mismos que me recuerdan al volar concéntrico de las moscas cuando llega el buen tiempo. Y, estoy cansado, me declaro "buey", pues siento que soy incapaz de quitarme de encima esta molestia, este volar egocéntrico, y sólo puedo "mover las orejas y latiguear mi cola" para aliviar, momentáneamente, su zumbido.
   Y sigo extrapolando, somnoliento, pensamiento y realidad y me doy cuenta de que, mal que nos pese, este "volar" también es una parte de nuestra enfermería: no sólo nos hace invisibles la visible mala praxis asistencial sino también el visible-egocéntrico-acomodatício actuar de alguna de nuestras enfermeras asistenciales, y gestoras también, más preocupadas por su propio interés, por su comodiad laboral, por la codicia de su posición, por ese yoísmo generalizado, más que por su verdadera esencia, motor fundamental para nuestra existencia, el cuidar.
  Pero, ¿seguro que no nos queda más opción que ser bueyes que ahuyentan sus propias moscas? ¿ no nos queda más opción que acostumbrarnos a su zumbido? Da la impresión de que es así, de que por mucho que intentemos posicionarnos a la derecha como ceros, incrementando así el valor de nuestras acciones, tan sólo hemos conseguido, en el mejor de los casos, cruzar la coma y seguir dando un valor ínfimo a nuestra esencia. 
   Pero he dicho "dar la impresión", y una impresión sólo es una opinión, no un hecho. Un hecho es, por ejemplo, la agradable sorpresa que  he recibido hoy, por parte de una compañera de consultas externas, ante su petición de asesoramiento para poder implementar el Proceso Enfermero en su consulta de Hipertensión y Riesgo cardiovascular. ¡La primera petición que alguien me realiza, con entusiasmo y no por imposición, de querer desarrollar todo el Proceso, designando diagnósticos NANDA, marcando los resultados NOC a obtener , definiendo las intervenciones NIC a realizar  y escogiéndo sus actividades! ¡Qué gran peso tiene un grano de arena! (no está todo perdido, R.B.).
   Y la paradoja es que sólo siendo cada uno de nosotros un minúsculo grano de arena, un impulso enfermero, seremos capaces, juntos, de romper esa invisibilidad creada por nosotros mismos y que hace, a la vez, que nos ignore nuestro entorno más inmediato. ¡No más cero-a-la-izquierda! Debemos aprender a decir "no más cero-a-la-izquierda", aprender a ser "grano de arena", a ser impulso, aprender a aprehender aquello que nos hace visibles.


sábado, 7 de marzo de 2015

Explorando Lo Incomprensible

Buscando una razón

Buscando substratos
  No sé la respuesta correcta; incluso después de todos estos años de profesión, incluso siendo parte de la pregunta, sigo sin saber la respuesta. Y áun así, aquella permanece: ¿por qué hay tantas enfermeras que en lugar de profundizar en su propia profesión eligen aventurarse en estudios que poco o nada, según cómo se mire, tienen que ver con la Enfermería?. Historia, Antropología, Filosofía, incluso Matemáticas, estudios humanísticos (con excepciones) que parecerían no tener ningún punto en común con Enfermería; y digo "parecería no tener" ya que, lo cierto, es que hay mucho más en común de lo que aparentan: Enfermería y Antropología, ciencias que comparten la centralidad del hombre, del anthropos griego; Enfermería como arte, compartiéndo con la Filosofía la búsqueda del saber, del conocimiento, de la verdad, de un lenguaje universal y lógico; Enfermería e Historia, experiencias vividas que comparten el estudio de esa misma experiencia, de nuestro pasado.
   ¿Qué es lo que nos empuja a seguir dichos estudios? ¿Qué es lo que nos hace escapar de nuestro entorno conocido, de nuestras raíces profesionales? ¿La rutina? ¿Lo cotidiano? ¿La realidad que nos hiere a diario? ¿O, tal vez, es al contrario y esa misma realidad es la que nos impulsa, no a huir de nuestras raíces sino a buscar, sin ser conscientes, nuevos substratos con los que enriquecerlas? 
   Creo que lo que buscamos fuera de nuestra cotidianeidad no son respuestas sino sentido a los sinsentidos de lo patológico, contenido al continente de lo físico, de lo puramente biológico. Trabajando en Urgencias  he visto, en muchas ocasiones, cómo alguien dejaba de ser alguien para pasar a ser nadie, un nadie material; y creo que, finalmenete, no buscamos respuestas a lo evidente, a eso inevitable, sino que vamos tras la pregunta que nos desvele el sentido de ese tránsito, desde el incio hasta su cénit, la Pregunta que nos permita dar una respuesta acertada con nuestro actuar como enfermeras. Y creo que es en ese buscar la Pregunta, cuando recurrimos a otras disciplinas, como herramientas a aplicar al contenido de nuestra asistencia con los pacientes.
Joseph Joubert

 "Estamos en la vida para actuar más que para conocer. Pero incluso para saber eso, que estamos en la vida para etc., hay que conocer. Y lo mismo es actuar que conocer. Es uno de nuestros deberes." C- 317 - 12.2.1902                                                 

Vergílio Ferreira

" No intentes desvelar el misterio de las cosas, porque el misterio de las cosas es que ellas existen y esto no se desvela, solamente se constata. Desvela únicamente, si es que puedes, lo que desconoces de lo desconocido. El misterio de las cosas es su alma y su alma no está para ser vista."
                                                       

lunes, 2 de marzo de 2015

Explorando Lo Incomprensible

Enfermería y Redes sociales o ¿cómo poner puertas al campo?

  No queria hacer esta entrada. De hecho, no es la entrada original, la he cambiado varias veces y aún así, si hubiera podido, no la habría hecho. Pero era necesario hacerla, aún corriendo el riesgo de convertirme en una especie de "pepito grillo", de "toca peras" de la consciencia. Y el motivo está en lo fácil que nos resulta, en ocasiones, desvirtuar nuestro trabajo, tirar por la borda nuestra, tan difícil de conseguir, credibilidad, lo fácil que nos resulta hacernos invisibles justamente por lo que exteriorizamos de nosotros mismos. 

  Para la mayoría quizás no tenga sentido esta "exploración de Lo Incomprensible". A otros, les resultará sencillo saber de lo que hablo, y qué es Lo Incomprensible en este contexto. No pretendo dar lecciones ni ejemplificar, no pretendo estar por encima de nada ni de nadie. Todos nos equivocamos en alguna ocasión y yo formo parte de ese "todos". Quizás lo esté haciendo ahora. Pero quiero pensar que no.
  
  Este es el tema: el ab-uso de las redes sociales en nuestro contexto (de hecho, para ser sincero, el tema real es ¿por qué nos convertimos en irreconocibles con nuestros comentarios en las redes? ¿Por qué olvidamos, tan fácilmente, el lado humanista de nuestra profesión?)
   Para centrar esta entrada y evitar, en lo posible, la dispersión visceral por querer abarcar aquí todos los aspectos de este perfil de Lo Incomprensible, lo haré enfocando el tema hacia ese ab-uso de las redes sociales en el que podemos caer. Y lo hago partiendo de los siguientes interrogantes:
  • ¿Debemos hacer uso de las redes sociales en el entorno laboral?
  • ¿Debemos limitar, de algún modo, el contenido que se transmite a través de ellas?
  • ¿Debemos des-aprender a usarlas tal y como lo hacemos actualmente? 
  • La herramienta, ¿es el problema, o el problema es el uso que hacemos de ella? 
  • ¿Dónde está el límite? 
  • ...
   He dicho "para centrar esta entrada (...) y evitar la dispersión", y en cambio se producen tantos interrogantes...  
   Seguramente, en más de un centro compartimos la dificultad por conseguir que haya un interés adecuado por el uso de la intranet así como la dificultad de fomentar suficientemente la consulta y el uso del correo corporativo; compartimos, tal vez, el desarrollo de aplicaciones lo más atractivas posibles que permitan el acceso directo a puntos de información gratuitos sobre evidencia, investigación, cursos y congresos, etc., con el objetivo de incrementar el interés por nuestro avance profesional; y compartimos, quizás también, el desinterés de una parte del colectivo por todo lo anterior. La paradoja surge cuando se objetiva el uso masivo de  determinados sistemas de información y comunicación (facebook, whatsapp, twittter...) desde el propio lugar de trabajo y para temas habitualmente extralaborales. ¿Cómo entender el rechazo al uso de la Tics institucionales en contraposición a la utilización de las Tics para uso privado? ¿Por qué no nos interesan las primeras ("no tengo tiempo de consultarlas...") mientras que para las segundas evidenciamos un elevado nivel de dependencia y uso?
   No tengo dudas sobre las ventajas que proporcionan las Tics para enfermería en su entorno laboral: difusión de la información y del conocimiento, ayuda al proceso de decisión clínica, impulso a la investigación, heramienta docente... Pero estamos hablando del uso de las Tics desde el ámbito de  enfermería, no de las Tics para un usuario anónimo, para un uso privativo. 
  • ¿Debemos limitar el uso y controlar el contenido que se transmite a través de las Tics, en el entorno laboral? Imperativamente sí, pero soy yo mismo quien debo limitar y controlar su uso, soy yo mismo quién desde mis presupuestos éticos establezco ese imperativo categórico. No necesito de controles externos, yo he de ser mi propio control. Es necesario, por tanto, des-aprender a utilizar las Tics, identificar en cada momento el ámbito de uso correcto, la idoneidad de su utilización. Des-aprender ha de ser sinónimo de des-andar, dar un paso atrás para iniciar la marcha desde una situación neutra, desde una punto de origen avanzado y con todas las herramientas posibles a nuestro alcance, pero con el "manual de uso adecuado" para cada una de ellas. Y dicho "manual" sólo es entendible y aplicable cuando nuestros presupuestos éticos están sólidamente construídos, cuando huímos de conductas que creemos amorales, asépticas, cuando nuestro comportamiento se organiza alrededor del imperativo categórico, del mandamiento de la razón que no busca un objetivo en sí mismo.
  • ¿Dónde está el límite? Si hablamos de imperativo categórico, y siguiendo con la analogía, el límite aparece en el momento en que los dos ámbitos, el laboral y el privado, se solapan. Un ejemplo claro es aquél en el qué los datos del paciente, su evolución, su tratamiento, etc., traspasan el entorno laboral para difundirse en un entorno privativo. En ese momento se ha traspasado un límite, en ese momento se ha producido una fagocitación del ámbito laboral por el privativo, se ha roto la confidencialidad y la intimidad del paciente, se ha puesto al alcance de cualquiera información que rompe la privacidad de un sujeto. Y cuando digo "cualquiera" me refiero a identidades externas que nada tienen que ver con el núcleo de dónde surge la información.
  Y para ilustrar esta exploración de Lo Incomprensible, presento parcialmente traducidos los "mitos, malentendidos y crencias erróneas de las redes sociales", según se exponen en este artículo del 2012, publicado en el boletín FlashTicSalut de la Generalitat de Catalunya:


 "Libro blanco: guía de enfermería para el uso de las redes sociales"

 Mitos comunes y malentendidos de las redes sociales

Varios son los factores que pueden contribuir a que la enfermera vulnere involuntariamente  la privacidad y confidencialidad del paciente a través del uso de los medios sociales. Estos puedes incluir: 
  1. la errónea creencia de que la comunicación o los mensajes son privados y accesibles sólo para los destinatarios.  La enfermera puede dejar de reconocer que una vez el contenido ha sido publicado o enviado, éste puede ser difundido a otras personas. De hecho, los términos de uso de una red social pueden incluir una amplísima renuncia a los derechos de limitación del uso de los contenidos. El uso solitario de Internet, incluso mientras se publica en una red social, puede crear la ilusión de intimidad.
  2. La errónea creencia de que el contenido que ha sido borrado de una web ya no esta accesible.
  3. La errónea creencia de que es inofensiva la divulgación de información privada sobre  pacientes si dicha información sólo es accesible por el destinatario. Esto sigue siendo violación de la confidencialidad.
  4.  La errónea creencia de poder hacer referencia al paciente si no se le identifica por su nombre sino con un apodo, número de habitación, diagnóstico o estado. Esto también es una violación de la confidencialidad  y de muestra un falta de privacidad de los pacientes,
  5.  Confusión entre el derecho del paciente a divulgar información personal acerca de sí mismo, y la necesidad de abstenerse de revelar información del paciente sin relación con la atención, necesaria para su divulgación.
  6. La facilidad de publicación y el uso común natural de intercambio de información a través de las redes sociales, puede parecer que borra la línea entre vid personal y profesional. La tecnología rápida, fácil y eficiente que permite el uso de las redes sociales reduce la cantidad de tiempo necesario para publicar contenidos y, simultáneamente, el tiempo para consisderar si  ha sido apropiado publicar y las consecuencias de un contenido inaecuado.
¿Cómo evitar problemas?
Directrices destinadas a minimizar los riesgos del uso de las redes sociales: 
  1.  Las enfermeras deben reconocer que tienen la obligación ética y legal de mantener la privacidad  y confidencialidad del paciente en todo momento.
  2. Las enfermeras tienen estrictamente prohibido transmitir por ningún medio de comunicación electrónico imágenes de los pacientes que tienen a su cargo. Además tienen prohibido transmitir cualquier información que se considere que vulnera razonablemente los derechos del paciente de privacidad y confidencialidad o que degrade o averguence al paciente.
  3. No ompatir, publicar ni divulgar información en la red sobre el caso concreto de un paciente, ni proporcionar información que se haya obtenido en la relación paciente-enfermero a nadie si no existe la necesidad médica de hacerlo.
  4. No se identificarán pacientes por el nombre ni se publicará información con la que se pueda identificar a la persona atendida. Limitar el acceso a las publicaciones a través de la configuración de privacidad no es suficiente para asegurarla.
  5. No se tratará a un paciente de forma despectiva, aunque el paciente no sea identificado.
  6. No tomar fotografías ni grabar videos de casos de pacientes con dispositivos electrónicos personales, incluyendo teléfonos móviles. Siga las políticas institucionales para la toma de vídeo o fotografías de los pacientes, para tratamientos u otros fines legítimos.
  7. Mantener los límites de uso profesional y personal en el uso de las redes sociales. La enfermera tiene la obligación de establecer,, comunicar y hacer cumplir los límites profesionales en el contacto online con los pacientes. Tenga cuidado con los contactos online con pacientes o ex-pacientes, ya que se difumina la distinción entre una relación profesional y personal.
  8. Consultar políticas de empleo o un líder apropiado dentro de la organización para la orientación con respecto a publicaciones relacionadas con el trabajo.
  9. Comunicaar inmediatamente cualquier identificación de incumplimiento de confidencialidad o privacidad.
  10. Conocer y cumplir con las políticas de empleo con respecto al uso de los ordenadores de propiedad de la institución, cámaras y otros aparatos electrónicos y del uso de dispositivos personales en el lugar de trabajo.
  11. No haga comentarios despectivos sobre profesionales o compañeros de trabajo. No haga amenazas, actos de acoso, obscenos, sexualmente explícitos, despectivos, homófobos u otros comentarios ofensivos.
  12. No publicar contenido ni hablar en nombre de la institución salvo poseer autorización para hacerlo y siguiendo todas las políticas aplicables de la empresa.
  Las redes sociales poseen un enorme potencial para el fortalecimiento de las relaciones personales y proporcionar información valiosa a los consumidores de atención médica. Las enfermeras deben ser conscientes de las potenciales consecuencias de la divulgación, a través de las redes sociales, de información relacionada con el paciente. Las enfermeras deben ser conscientes de las políticas de empleo, de las leyes estatales y autonómicas pertinentes, y de las normas profesionales relativas a la privacidad y confidencialidad del paciente y de su aplicación a los medios de comunicación socialLas enfermeras, siendo cuidadosas y escrupulosas, pueden disfrutar de los beneficios personales y profesionales de las redes sociales sin violar la privacidad y confidencialidad del paciente."