Explorando Lo Incomprensible
Lo Incomprensible no tiene principio ni fin, pero sí historia... clínica.
Supongo que no es exclusivo de Enfermería, sino que cada disciplina tiene sus zonas oscuras, sus ángulos muertos, donde se esconden figuras incomprensibles, entidades conceptuales ilógicas o contradictorias*, temáticas intocables que se mantienen en un olvido consciente y voluntario, como pecados escondidos bajo la alfombra. Existen también aquellas zonas visibles pero que nunca miramos de frente, si acaso las escrutamos con el rabillo del ojo, como quien no quiere la cosa, no fuera a ser que se dieran cuenta y nos solicitaran responsabilidades.
Todo ello forma parte de lo que desde hace un tiempo he dado en llamar "Lo Incomprensible", por lo menos incomprensible para mí. En la mayoría de los casos no se sabe el por qué de su existencia; en otros, aún sabiéndola, se rechaza, se hace oídos sordos a su presencia. Tampoco sabemos La Solución a Lo Incomprensible, intuímos actitudes para luchar contra aquellas que son poco o nada ortodoxas; vemos atisbos de corrección profesional para determinadas situaciones erróneas; afirmamos que hay conductas, modelos, formas de solventar y anular la incomprensibilidad del sistema... pero, en definitiva, no son más que espejismos que desaparecen en cuanto creemos haber conseguido La Solución. No siempre es así, por supuesto, en ocasiones el oasis se hace corpóreo y disfrutamos de una pequeña victoria que nos calma la incertidumbre y el acoso de Lo Incomprensible.
* [Una de estas entidades conceptuales que siempre he visto como ilógica o contradictoria es el término, afortunadamente cada vez más en desuso, de "División de Enfermería". ¡División!. ¿Cómo es posible llamar "discordia, desunión, diversidad, separación de un todo" a algo que pretende ser justamente lo contrario, "concordia, unión, homogeneidad, convergencia"?]
El Incomprensible de hoy tiene que ver con la Historia Clínica, con figuras y entidades que se esconden en las HHCC, en las nuevas historias clínicas electrónicas. Porque en las HHCC en formato papel, Lo Incomprensible se convierte, habitualmente, en Lo Imperdonable: textos ilegibles, correcciones sin contemplaciones, desorganización del orden preestablecido (porque... ¿existe un Manual de uso de HHCC, no?), pérdida de documentación, tranferencia documental interhistorias, y un largo etcétera. Corramos un tupido velo...
Pero, ¿qué hay de las HCE, las historias clínicas electrónicas? Tantos esfuerzos en la mecanización de nuestras actividades, en el desarrollo de una mecanismos tecnológicos, en aras de la rapidez, seguridad, manejabilidad, perdurabilidad y organización de la documentación, entre otras, de las HCE, bien habrá servido para eliminar todas las deficiencias del registro manual de las HHCC, ¿no? Es evidente el avance que supone el desarrollo de la HCE que, si bien no soluciona toda la problemática de la documentación en papel, por lo menos elimina los principales puntos de conflicto.
Pero eso no es todo, no; como toda nueva tecnología, como todo impulso de cambio en la forma de actuar, en las herramientas necesarias para ello, en la estructura metodológica creada, en definitiva, en todas las estructuras que intervienen e interactuan con la nueva tecnología, ese impulso cambiante no se realiza sin que aparezcan nuevos condicionantes, nuevas dificultades, nuevas dudas y nuevos incomprensibles. Me limitaré a señalar alguno de ellos, tan sólo como ejercicio de reflexión conjunta; tal vez así podamos abrir una ventana al aire fresco de la lógiica y la racionalidad.
Pero, ¿qué hay de las HCE, las historias clínicas electrónicas? Tantos esfuerzos en la mecanización de nuestras actividades, en el desarrollo de una mecanismos tecnológicos, en aras de la rapidez, seguridad, manejabilidad, perdurabilidad y organización de la documentación, entre otras, de las HCE, bien habrá servido para eliminar todas las deficiencias del registro manual de las HHCC, ¿no? Es evidente el avance que supone el desarrollo de la HCE que, si bien no soluciona toda la problemática de la documentación en papel, por lo menos elimina los principales puntos de conflicto.
Pero eso no es todo, no; como toda nueva tecnología, como todo impulso de cambio en la forma de actuar, en las herramientas necesarias para ello, en la estructura metodológica creada, en definitiva, en todas las estructuras que intervienen e interactuan con la nueva tecnología, ese impulso cambiante no se realiza sin que aparezcan nuevos condicionantes, nuevas dificultades, nuevas dudas y nuevos incomprensibles. Me limitaré a señalar alguno de ellos, tan sólo como ejercicio de reflexión conjunta; tal vez así podamos abrir una ventana al aire fresco de la lógiica y la racionalidad.
- Digitalización. ¿Por qué es tan díficil eliminar el papel de nuestras unidades? Si, prácticamente, todo está inventado, ¿por qué cuesta tanto convertir documentación en formato papel a documentación digital?
- Integración de datos: ¡inexistente! Vinculación única de imágenes e informes en pdf. A semejanza de la multiplicación de los panes y los peces, ocurre lo mismo con las aplicaciones informáticas: ¿por qué de la existencia de distintas aplicaciones informáticas para Hospitalización, Unidad de Curas Intensivas, Quirófano, Oncología...? ¿Tan difícil es crear una única aplicación que dé respuesta a las necesidades de todos los ámbitos?
- Accesibilidad. Todos los participantes en el proceso asistencial han de tener acceso a la HCE. Pero, ¿no existe ningún límite? ¿Dbería exitir? Si la respuesta es afirmativa, ¿cómo lo estipulamos para que, por ejemplo, yo sólo pueda acceder, en estos momentos, a las HCE de los pacientes de mi servicio? ¿Para que el Sr. X, deportista de élite, no tenga 788 visitas a su HCE en 24 horas?
- Confidencialidad. Surge ya en algunos centros el acceso llamado "Portal del paciente", concebido como répilca parcial de la HCE del paciente y con acceso libre por parte de éste. ¿Acceso libre? Resultados analíticos, imágenes, informes de alta y poco más. Vetamos información, tal y como sugiere el Decreto 38/2012 de 13 de marzo, sobre historia clínica y derehos y obligaciones de pacientes y profesionales de la salud en materia de documentación clínica:
"(...) Dicho derecho asimismo no puede ejercitarse en perjuicio del derecho de terceras personas a la confidencialidad de los datos que constan en la historia clínica, recogidos en interés terapéutico de la persona paciente, ni en perjuicio del derecho de los y las profesionales participantes en su elaboración, quienes pueden oponer al derecho de acceso la reserva de sus anotaciones subjetivas."
Anotaciones subjetivas, vetadas en su acceso. ¿Qué escondemos? ¿Prejuicios, juicios de valor no fundamentados, comentarios negativos hacia o de, suposiciones poco metodológicas? No lo hagamos y demos libre acceso a aquello que tiene que ver con el estado de salud de cada persona.
Por otro lado, ¿y los documentos y registros de enfermería? ¿Se tiene acceso a ellos? ¿Alguien ha pensado en que también es información relevante sobre el paciente y que éste tiene todo el derecho a conocer? - Planes de contingencia. ¿Qué ocurre cuando fallan todos los mecanismos de control ante un fallo eléctrico? ¡Vuelta a la edad de piedra! ¿Estamos preparados? ¿Podemos recuperar, de algún modo, la informacción de nuestras actividades anteriores al suceso: medicación administrada, cuidados pendientes, peticiones...?
- Formalismo. Sí, también existen vicios traspasados de la anterior época del papel: muletillas, errores gramaticales y ortográficos (¿tanto cuesta instalar en nuestras aplicaciones correctores ortográficos?), textos en mayúsculas, repeticiones fruto del "cortar y pegar", etc.
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* (Espacio en blanco para que podáis coloca vuestros incomprensibles)