lunes, 13 de julio de 2015

Explorando Lo Incomprensible

Enfermería no puede llegar tarde
 
 
¿Recordáis al Conejo Blanco de Alicia en el País  de las Maravillas?
            "¡Ay! ¡Ay! ¡Dios mío! ¡Qué tarde voy a llegar!",
decía en el primer capítulo, corriendo de un lado a otro; y más tarde, en el capítulo 11,  lo encontrábamos vestido de heraldo, haciendo sonar la trompeta al llamar a cada nuevo testigo en el juicio por la desaparición de las tartas de la Reina de Corazones.
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Tengo complejo de Conejo Blanco, con toda la modestia del mundo. Son casi 30 años de profesión, los últimos cuatro años fuera de la asistencia pura. Después de mi paso por Críticos y Urgencias, con un breve lapso de tiempo como Supervisor de noche, este período de 4 años ha hecho que me convirtiera en algo parecido al Conejo Blanco, alguien que ha estado a punto de "llegar tarde". 25 años dejando pasar oportunidades de crecimiento, de intercambio de experiencias, de estimular el aumento de conocimiento personal y profesional; 25 años dando lo mejor como profesional asistencial, pero desde un lugar de comodidad, desde una posición de saberse hacedor de un buen trabajo y nada más; 25 años rechazando participar, rechazando el compromiso con la profesión, más allá del ámbito puramente asistencial, más allá del compromiso con los pacientes.

  Y, ¿qué ha ocurrido en estos 4, casi 5, años? Pues que uno se da cuenta de todo lo que ha dejado escapar, de todas las oportunidades que ha perdido para aumentar la estima por su profesión, de los caminos dejados a un lado y que conducían a un  progresivo crecimiento personal y profesional, de todas aquellas personas con las que nunca mantuvo contacto por falta de interés participativo y con las que hubiera podido compartir opiniones, interrogantes, inquietudes. 

Y es ahí, en ese momento, cuando el Conejo Blanco se convierte en heraldo, elevando su voz al nombrar cada representación de Lo Incomprensible en el juicio por la desaparición de la visibilidad de Enfermería, la verdadera Reina de Corazones.

 

Si tú también tienes complejo de Conejo Blanco, ¡rápido! ve al capítulo 11 y conviértete en el herlado de tu profesión, llama a juicio a todo aquello que nos torna invisibles, ponle rostro y nombre, sólo así sereemos capaces de dilucidar quién está detrás de la sustracción de nuestra visibilidad.

2 comentarios:

  1. Ahh, Jaume
    Con el paso del tiempo a muchos nos ocurre... pero te digo una cosa; no creo que sea imprescindible ostentar ninguna responsabilidad para "ser heraldo de la profesión"... es más, creo que si sólo se hace desde los puestos de responsabilidad se hace por egoismo y no por convencimiento y eso es triste.

    Otros compañeros le llaman hacer "enferactivismo" y es que el compromiso con la profesión no tiene nada que ver con estar en puestos de responsabilidad o de representatividad sindico/colegial... ni quien está en esos puestos tiene porqué ser "enferactivista"; es más, much@s en esos puestos son auténticos lastres para la profesión.

    Un abrazo.

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    1. No, si me reprochaba a mi mismo por no haber participado antes del enferactivismo, por haberme mantenido en esas posiciones cómodas, desde donde lo ves todo pero sin inmiscuirte en nada. Y por supuesto, fuera de los puestos de gestión (ya pasé por esa experiencia y no fue nada satisfactoria), donde es cierto que existen lastres, y vaya lastres.
      Lo que intentaba era un aviso para navegantes, para que no se cayera en la misma indiferencia en la que me encontraba yo, para no convertirnos en el Conejo Blanco, llegando siempre tarde allí donde realmente tenemos un lugar.
      De nuevo un saludo

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