sábado, 21 de febrero de 2015

Explorando Lo Incomprensible

#YoSíDoyLaNota

#YoSíDoyLaNota
   Hoy vuelvo a retomar el tema de los registros (soy recurrente, será por deformación profesional) y pensando en cómo incentivar en el uso adecuado de los registros, me atrevo a lanzar la iniciativa "Yo sí que doy la Nota"  y a incitaros a que la lancéis por mí por las redes sociales #YoSíDoyLaNota (no estoy en twitter, ¡no tengo más horas!). La iniciativa juega con el sentido positivo de la expresión "dar la nota":

  • Vocabulario musical: alcanzar el tono y el timbre de voz adecuado en el canto. 
(El sentido peyorativo actual de la expresión surgió al relacionarla con "dar la nota discordante", perdiéndose este último término.)
  En esta iniciativa (que espero pueda aplicar en mi centro) se juega con la ambivalencia de las dos frases "Y yo, sí doy la Nota" "¡Yo... registro!
  1. "Doy la nota": alcanzo algo, destaco en algo. Y este algo es el "Yo.... registro! Es decir, me hago visible al registrar: Así, si decimos "lo que no has registrado nadie sabe que lo has hecho", estamos aafirmando que nadie nos ve, que no somos creíbles, que no destacamos y, por tanto, no somos visibles.
  2. "Doy la Nota": esta nota mayúscula es el registro como tal. Sólo puedo dar la Nota porque he registrado. 
Y emulando algunas entradas aparecidas en blogs "alejandrinos" ahí va mi decálogo del "yo sí doy la nota":
  1. #YoSíDoyLaNota de mis pacientes en el cambio de turno y lo intento hacer dando toda la información que es relevante para la continuidad de sus cuidados.
  2. #YoSíDoyLaNota cada vez que realizo un ingreso desde Urgencias. No tengo prisa por "sacármelo de encima", registro una pequeña historia clínica del paciente, anoto todo lo que he hecho, lo que queda por hacer y lo que expresa mi paciente y su familia. Y doy la nota aunque sé que, por impedimentos informáticos, no se vincule con la nota de Hospitalización.
  3. #YoSíDoyLaNota cuando se traslada mi paciente a otro centro o es dado de alta a su residencia sociosanitaria habitual. Doy la nota completa de las actividades llevadas a cabo y de aquellas que deben continuar, del estado evolutivo de mi paciente (Diagnósticos activos, sus Resultados y las Intervenciones/Actividades correspondientes) y del tratamiento a seguir, con la hora de la última dosis de cada fármaco.
  4. #YoSíDoyLaNota cuando mi paciente debe ser sometido a una intervencón quirúrgica, registro los dispositivos, anoto la realización del apoyo emocional y especifico las actividades preoperatorias llevadas a cabo.
  5. #YoSíDoyLaNota cuando surge algún problema nuevo, de aparición aguda, en el estado de mi paciente: especifico el problema, detallo las actividades realizadas y consigno los resultados obtenidos.
  6. #YoSíDoyLaNota de todo aquello que queda pendiente de realizar: analítica, pruebas de diagnóstico por la imágen, control de balance, cambio de dieta...
  7. #YoSíDoyLaNota cuando se realiza una intervención quirúrgica, del check-list inicial, de todo lo sucedido en quirófano, de los aspectos de seguridad del intraoperatorio, de la hora de inicio del ATB profiláctico y de su dosis, del estado general del paciente...
  8. #YoSíDoyLaNota cuando recibo un paciente para su reanimación anestésica y cuando se va de alta, ya sea a su domicilio o a una unidad de hospitalización. Doy la nota de las escalas de recuperación postanestésicas, de los imprevistos ocurridos y de las actividades realizadas. 
  9. #YoSíDoyLaNota cada vez que un paciente presenta una caída, especificando qué sistemas de aviso he activado, qué medidas protocolizadas he llevado a cabo y cuál ha sido el resultado de la caída para mi paciente, las actuaciones que se han realizado sobre él y su estado final.
  10.  #YoSíDoyLaNota al recibir un nuevo paciente a mi unidad: doy la nota de la valoración al ingreso, de su estado general, de los dispositivos que lleva, de las pruebas solicitadas, inicio la nota de su plan de cuidados y no me olvido de detallar cómo se siente ante el ingreso y de cualquier aspecto relativo a la familia.
   Seguramente muchos más "yo sí doy la Nota" pueden nombrarse. Particularmente, me contentaría con que la mayoría de los aquí relacionados se llevaran a la práctica de forma habitual, lo que sería indicativo de que el "yo sí doy la Nota" es, por fín, intrínseco a enfermería.
Y tú, ¿das la Nota?


jueves, 19 de febrero de 2015

Explorando Lo Incomprensible

Humanización de la tecnología
 
  Ayer asistí a un jornada sobre ehealth dónde, entre otras cosas, se habló de mhealth,  de herramientas wearable, de gamificación, de exabites, zettabites y yottabites, de start-ups, de telediagnóstico, telemonitorización y teleconsulta, de bigdata... 

¡Cómo nos gusta la nueva terminología, la terminología de la tecnología! Se dieron cifras sobre  el uso de las TIC en el ámbito asistencial, de cifras percentuales para mostrar que aún hay centros del SISCAT (Sistema sanitario integral de utilización pública de Catalunya) que utilizan el formato papel en su día a día, de la firma electrónica para los consentimientos informados, del uso de las redes sociales... cifras, alguna de ellas, en espectacular aumento en los últimos 3-4 años. Se acarició a las TIC por todas sus caras, con alguna escasa alusión a aspectos ¿negativos? en la aplicación de estas herramientas, a saber, la dificultad de gestionar y compartir realmente los datos y la información obtenida.

   Dos ideas que aún no las he sedimentado:
  1. Pasar de hablar de "infraestructuras" a hablar de "servicios", mmhh!
  2. Asumir el cambio de una "salud integral" a una "salud social".
  Sigo explorando ambas ideas...

  Pero lo que sí me causa asombro, cabreo y tristeza, por este orden, es la ausencia total de referencia alguna al más que probable carácter des-humanizador de las nuevas tecnologías. Sí, es cierto que se comentó la necesidad de hacer real la "falsa" afirmación que coloca al paciente en el centro de toda la asistencia, incluso del objetivo de las TIC. Pero ninguna autocrítica desde el conjunto de sectores, empresarial, institucional y laboral, del impacto, insisto, des-humanizador de la tecnología: afirmaciones del tipo "el paciente lo que quiere es ahorrar tiempo, por lo que agradece y busca la tecnología que le permita la asistencia a distancia..." fueron repetidas, sin rubor. Si esto fuera así (?), ¿de qué núcleo de población estamos hablando? La tecnología ¿es aplicable a todas las capas de la población? ¿Es exigible, deseable tal vez, su uso en todos los niveles poblacionales? 
   No reniego de la tecnología, la utilizo y comparto con ella prácticamente la totalidad de las horas de que dispongo, pero creo percibir alguno de los peligros que comporta (entre ellos, esa dependencia quasi total). Es por ello que creo necesario el surgimiento de "alertadores de incendio" (*) capaces de visualizar los puntos oscuros de la tecnología, capaces de avisarnos de la inmediatez de su devenir, de los riesgos inconscientes a los que sucumbimos.
  Finalizo con la siguiente idea , tal vez la única que surgió como esos "alertadores del incendio", probable, expuesta por uno de los participantes: "si se interfiere en exceso con la vida de los pacientes y les hacemos esclavos de la tecnología, la sociedad no será más sana sino más enferma".

(*) Alertadores del incendio: intelectuales y escritores como Weber, Kafka, Celan, Klemperer... que fueron capaces de ver, algunos desde el exilio, el futuro inminente que supondría Auschwitz.  




viernes, 13 de febrero de 2015

Explorando Lo Incomprensible

Verba volant scripta manent

 De nuevo un cambio. Y es el tercero. De Reflexiones a Soliloquios y de éstos a exploraciones de Lo Incomprensible. Un nuevo título para estas entradas que pretendían ser un incentivo al diálogo entre iguales y que, aunque os agradezco el haber superado las 3.000 visitas, no obstante tienen aún pendiente el conseguir ese objetivo. Sí que han habido breves conversaciones e intentos por establecer ámbitos de trabajo conjuntos. Incluso sé de alguno de mis compañeros que lee estas reflexiones aun sin atreverse a intervenir. 
   La tarea está todavía por hacer, aún hay que llegar e inundar, contagiar, y despertar instancias dormidas, conocimientos ya sabidos. Decía José María Valverde (1926-1996), poeta, ensayista, crítico literario, historiador de las ideas, traductor y catedrático, en una de sus sabias clases magistales a las que tuve la suerte de asistir durante mis esudios de Filosofía en la Universidad de Barcelona, que el motivo de que un niño pequeño no hablase no era porque no supiera hablar sino porque había olvidado lo que sabía, "el lenguaje conserva en la memoria lo que estuvo y ya no está, y nos hace sentir su nostalgia (...) El lenguaje es contínuo e inevitable". El lenguaje nos permite hablar de aquello que ya no está presente, de aquello que nos ha dejado en la memoria, de su huella. Hablar es recordar lo aprendido. Sin recuerdos no hay lenguaje: "si al niño no se le sumerge en lenguaje una vez alcanza la edad apropiada (..) pierde definitiamente la oportunidad de hacerse un ser humano". No dejemos que nos ocurra lo mismo: si no nos sumergimos en nuestro propio lenguaje no emergeran nuestros recuerdos, nuestros conocimientos, y seguiremos siendo invisibles, perdiendo la capacidad de hacernos plenamente enfermeros. Debemos perseguir con nuestro lenguaje, con nuestro hablar-nos, el recuerdo de nuestros conocimientos olvidados, hacerlos y hacernos visibles. Debemos contagiarnos de y con nuestro lenguaje.

Una breve explicación del título.
Después de la última entrada y con el refuerzo de los comentarios recibidos, había que dar otro sentido a este blog, no utilizarlo como pedestal desde el cual gritar verguenzas propias y ajenas, debía darle un sentido constructivo y volver a perseguir el objetivo inicial.   
Palabras: Lo Incomprensible = enfermeria y su invisibilidad. Mientras reflexionar, construir soliloquios implicaba soledad, individualidad, inexistencia de interlocutor, explorar implica actuar, buscar, intentar averiguar, deseos de descubrir, y todo ello interactuando con otros. 
 Origen: el libro de Enrique Vila-Matas, "Exploradores del abismo", y la expresión "anécdota de Lo Incomprensible", que utiliza en referencia a un relaato del escritor César Aria, de otro de sus libros, "Aunque no entendamos nada".
Sentido: siguiendo a Vila-Matas, no entender nos hace más creativos, Lo Incomprensible nos obliga a un esfuerzo por entender; que "aunque nada entiendo de este mundo, si entiendo, en cambio, que debo tomar una posición ante él"; que lo que no comprendo "abre la puerta de la tolerancia, en definitiva de la compensión".



Vayamos ahora a por el subtítulo, verba volant scripta manent. 
Esta expresión, atribuída a Cayo Tito, viene que ni pintada para ejemplificar un tema, nunca redundante, sobre el que se debe hablar y hablar, de nuevo, los registros. Verba volant scripta manent, "las palabras vuelan, la escritura permanece". Hoy utilizamos esta expresión para remarcar la importancia del lenguaje escrito sobre el lenguaje oral, pervirtiendo el sentido inicial de dicha expresión, que era su contrario, es decir, "las palabras vuelan, se transmiten; la escritura está prisionera, permanece inmóvil, como muerta". Es evidente que la expresión escrita ha alcanzado unos límities de uso inimaginables, superando con creces la expresión oral. Y me refiero a su utilización sin tener en cuenta si ésta es correcta o no, si sigue las normas establecidas, si llega a todo el mundo y si es comprensible para todos. A diferencia de los autores medievales, hoy creemos que el lenguaje oral es mucho más frágil que el escrito, fácilmente olvidable, y de transmisión poco fiable. Le damos preeminencia al lenguaje escrito: miles de libros nuevos se editan cada año, las palabras escritas están por todas partes, en paredes, anuncios, junto a imágenes, en formato portable, escritos electrónicos, etc. Y aún así, se escribe poco y mal. Creemos en el lenguaje escrito pero no nos "acordamos" de cómo usarlo, buscamos atajos utilitarios sin importarnos forma ni contenido. Debemos "recordar", traer a la memoria el lenguaje, despertar nuestros recuerdos linguísticos.

¿Cómo aplicar todo ello a nuestros registros enfermeros?
¿Cuáles son  nuestros conocimientos dormidos sobre las características que deben cumplir los registros?   
  • Legibilidad y comprensión. Han de poderse leer fácilmente y debe entenderse su contenido.
  • Precisión y exactitud. Han de referenciarse en tiempo y espacio, expresar la autoría de quién registra y la adecuación de los datos a la realidad.
  • Simultaneidad. Han de realizarse de forma paralela a la asistencia, sin demora en el tiempo
  • Objetividad. Descartar opiniones personales y juicios de valor.
  • Exhaustividad. No limitarse a hechos. Sentimientos, emociones, lenguaje no verbal, inclusión de la familia, educación... son instancias que raramente se recogen en los registros. 
  • Normatividad gramatical
    • Reglas ortográficas y sintácticas.  
    • Evitar abreviaturas no normativas 
    • Descartar el uso generalizado de mayúsculas 
    • No utilizar la forma impersonal 
    • No romper la dinámica de lectura. 
  • Normatividad legal
    • Ajustarse a las normas legales sobre registros: confidencialidad, responsabilidad, derecho a la información, transmisión de la información, cumplimentación y custodia de la historia clínica. 
  • Normatividad ética
    • Nunca dejar en evidencia a terceros 
    • Eliminar prejuicios interiorizados
    • Respeto por las creencias ético-religiosas y culturales de los pacientes
    • Respetar los criterios de delgación
¿Hay algo nuevo en todo ésto? Seguramente no, lo hemos oído y leído un montón de veces, pero lo hemos olvidado muchas más. Necesitamos contínuamente reforzar nuestra memoria para evitar que estos conocimientos caigan en el olvido. Alguien dirá, "después de tantas palabras, ¡qué pocas han sido novedosas!", tal vez sí, pero hay ámbitos, espacios, lugares comunes que no precisan de inventos ni de revoluciones, sólo requieren ser revisitados y conseguir adaptarlos a los nuevos desarrollos de nuestro rol. Los registros son los que son. Podemos revestirlos con formatos diversos y mediante sistemas distintos, pero sus características deberían seguir siendo las mismas.
Y aquí, tampoco hay demasiadas novedades:
  • Formatos: listados de valoración, gráficas, protocolos, clasificación de problemas, check-list,...
La mayoría de estos formatos se aplican en las 4 primeras fases del Proceso Metodológico Enfermero. Para la última fase, la Evaluación, mayoritriamente se utilizan formatos de texto libre (observaciones, nota de curso, nota de progreso...). Es en esta fase donde encontramos distintos sistemas de registro, en los cuáles también se implementan alguna de las 4 fases precedentes del Proceso:
    • Registros narrativos. Utilizados mayoritariamente para la fase de Evaluación del Proceso Metodológico Enfermero
    • Registros orientados a problemas: 
      • SOAP/SOAPIE.. S, subjective; O, objective, A, assessment/analysis; P, plan; I, implementation; E, evaluation
        PIE.   P, problema; I, intervención; E, evaluación
        SBAR/SAER. S, situación; B/A, antecedentes; A/E, evaluación; R, recomendaciones
    • Registros focalizados.
      • DAR. D, datos; A, accción, R, respuesta
    • Registros por excepción. Registro de datos que caigan fuera de los límites deseables o establecidos.
No hay duda: a la vista de los registros que llenan las historias clínicas de nuestros pacientes, hemos olvidado en gran parte cómo debemos realizar estos registros. Alimentemos nuevamente nuestra memoria y utilicemos nuestro lenguaje.

   "Antes de registrar en la historia de tu paciente piensa, por un instante en
qué quieres decir               por qué quieres decirlo              y cómo vas a decirlo"