AEEPD - Miradas llenas de generosidad
Celebrando un cumpleaños muy especial
La vida tiene estas cosas. De repente, un día recibes un correo por Twitter de alguien a quién conociste en un una reunión del Colegio (no lo recuerdas bien, qué rabia!), proponiéndote algo que, por temor a salir de tu esfera de confort y tu ¿falta de confianza?, de repente se te aparece como la más penosa ascensión al Everest jamás realizada... ¡y sin oxígeno!
Hay qué ver lo que supone dudar de uno mismo, temer que vuelva a ocurrir lo de Bilbao. Y lo lees uns vez y dos y tres... y pierdes la cuenta, y dudas si contestar, y lo vuelves a leer. Y dejas pasar varios días hasta que tu socias Pk te dice -"tranquilo, dí que sí, que yo no apareceré esta vez"-. Y decides contestar y aceptas. ¿Qué? ¿Subir al Everest a pelo? No, no es para tanto. Te invitan a una fiesta de cumpleaños, a celebrar con ellos que van a cumplir 25 años y de paso conocerte y que cuentes algo sobre aquello con lo que trabajas cada día, sobre los registros enfermeros; que participes en una mesa sobre "Innovación y nuevas tecnologías. Aplicación en la práctica" para celebrar su 25 cumpleaños, el de ellos, los de la
Asociación Española de Enfermería de Patología Digestiva (AEEPD) ¡Todo un lujo!
Y así fue como volví a recordar aquellas fiestas de cumpleaños cuando era un niño, compartiendo diversiones comunes, disfrutando de las merendolas, viendo los regalos que se recibían y desvirtualizando y haciendo nuevos amigos. Sí, ha sido una experiencia muy bonita el compartir con vosotros vuestras ilusiones y vuestro entusiasmo. Os agradezco vuestra sincera amistad, en especial a Eva de quién recibí la invitación y a quién agradezco que me diera la oportunidad de conoceros a todos vosotros (enfermeras de St. Pau, del Mar, de Sevilla, de Vic...). Gràcies Eva!
De la fiesta, qué decir: cuatro mesas con verdaderas-os expertas-os (entre las-os que me camuflé) y que no nombro por no copiar entero el
programa; comunicaciones orales de verdadero interés; comunicaciones póster con contenido real (no de relleno); una bella inauguración emotiva y una clausura de traca y muy, muy humanizada; ah!, y las merendolas geniales (aunque me perdí una). ¿Los regalos? La generosidad de todos los presentes. Y todo ello, frente al mar o mejor aún en el Mar.
Pero todo tiene su final. Así que, para el recuerdo, dejo varias imágenes del cumpleaños. No, no he hecho un resumen de las ponencias ni de las comunicaciones. Los que esperabais que las resumiera, lo siento, os emplazo al próximo cumpleaños, el 26, a que los conozcáis, a que compartáis con ellos deseos y conocimientos. No os defraudaran, os lo aseguro.
Dejo, perdonadme por la falta de modestia, mi presentación, pues se lo prometí a Montse (Montse, Eva, AEEPD, podeu fer servir tot el que volgueu, està feta per a vosaltres).
La presentación es más extensa, contiene más vistas que las que expuse allí; la recorté porque no me daba tiempo a exponerla tal y como era. AAdjunto también el texto de la presentación-
PREZI
TEXTO
Cuando hablamos de registrar surge la imagen de una actividad rutinaria, impersonal, un simple acto notarial, la transcripción normativa pero intrascendente de una parte de la práctica enfermera. En definitiva, un registrar instrumental que sólo hace referencia a nuestro ocuparnos de los demás. Y en parte es así.
Pero hay otros actos de la práctica enfermera que precisan otra forma de ver, de mirar, de recepcionar y transmitir su realización: aquella práctica enfermera que tiene que ver, más que con el ocuparse del otro, con un preocuparse por y con el otro; con un actuar personal y cercano, comprensivo y compasivo, que nos involucra y en el que nos dejamos involucrar sabiendo que no saldremos indemnes de ello, un actuar crítico y reflexivo, responsable y veraz, presencial y terapéutico. Aquí, registrar es algo más que un acto reflejo como respuesta; registrar se convierte en un acto de voluntariedad, intencional, en un acto de deseo, de interés, en un registrar expresivo.
Como dice m. Amezcua en un artículo de 1995, "La calidad en la documentación clínica de enfermería", registrar es aquello que "nace con la sana intención de dejar constancia de las cosas importantes". ¡Y qué hay más importante en nuestras actuaciones como enfermeras que el cuidado! Seamos conscientes de ello: registrar es inherente al propio cuidar. No podemos garantizar un cuidar adecuado si obviamos la expresión de ese cuidar, su registro, su escritura.
Documentos, formularios, notas, gráficas, observaciones, check-list... son otros nombres con los que nombramos a nuestros registros. A falta de un nombre adecuado, que sigo buscando, me atrevo a afirmar la existencia de dos grandes grupos de registros a partir de los dos aspectos expuestos anteriormente:
1. Registros normativos. Registros categoriales, enumerativos, catálogos de conceptos predeterminados que en muchos casos responden a necesidades de información de otras disciplinas (Amezcua) e incluso a necesidades institucionales. De algún modo reflejan el conjunto de hábitos, de actitudes, los códigos de una moral de enfermería entendida como disciplina, sus obligaciones y deberes. Constantes, valoración, confirmación de prescripciones, medidas fisiológicas, balance... son algunos ejemplos. En este grupo incluiría también los documentos que utilizamos para la realización de un Plan de Cuidados, creados mediante un lenguaje estandarizado y cuya errónea aplicación favorece el actuar rutinario.
2. Registros éticos. Registros narrativos, expositivos, que visibilizan el resultado de la relación terapéutica y que son fruto del experimentar con el otro, no ya de ponernos en su lugar sino de ponernos junto a él, acompañándole, escuchándole y mostrándole nuestro compromiso. No tienen que ver con el deber sino, como hemos visto, con el deseo, la intención. En este grupo incluyo las observaciones y notas, a pesar de que con el tiempo las hemos degradado a registros de la primera categoría. Y deberíamos incluir algo que, a día de hoy, casi no existe en nuestras historias clínicas: el otro lado de la relación terapéutica, la visión del otro, registros del paciente.
Dice Juan-Carles Mèlich, filósofo contemporáneo catalán que "el lenguaje ético es narrativo: no soporta los conceptos. ¿Por qué en lugar de pasarnos la vida pensando cómo definir no nos dedicamos a escuchar aquello que el otro nos dice?". Y a transcribirlo, añadiría yo.
Repasaré ahora brevemente tres elementos esenciales en todo registro: sus funciones, las normas y estándares a cumplir y las condiciones de posibilidad. Es un tema ya sabido, pero quizás olvidado o subestimado. (Ver Prezi). Y todo esto es aplicable a los dos grupos de registro que hemos visto, a los normativos y a los éticos.
Pero el objetivo de esta mesa es hablar sobre "Innovación y nuevas tecnologías. Aplicación en la práctica".
¿Hay o ha habido innovación en los registros enfermeros? Sin duda la respuesta es afirmativa. La aparición de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) ha producido un gran cambio en la documentación clínica, en la organización de los datos que contiene y en la accesibilidad a dichos datos. No sólo se han conseguido herramientas que nos permiten recoger de forma sistemática los datos de salud sino que además estas mismas herramientas integran todos los datos obtenidos desde distintos puntos de origen, codificándolos y estructurándolos en bases de datos, de forma que puedan ser posteriormente procesables y recuperables.
- Historia clínica electrónica compartida
- Integración de monitores de constantes, de monitores de ventilación mecánica invasiva. Integración de bombas de perfusión, Integración de resultados de pruebas complementarias.
- Informatización de documentos con firma digital (consentimiento informado, voluntades anticipada...). Lectores de código de barras para la identificación del paciente, para la confirmación de la administración de un fármaco, para el procedimiento y trazabilidad de hemoderivados.
- Realidad virtual para la formación en cumplimentación de HHCC.
- Portal del paciente, APPs, Blogs...
Estos son sólo algunos de los ejemplos actuales que ya poseemos en muchos de nuestros centros asistenciales. ¿Qué queda por hacer? Es imposible preverlo. Deseos muchos, entre ellos, conseguir la interoperabilidad entre las distintas aplicaciones informáticas y la creación de sistemas informáticos capaces de procesar el lenguaje natural de nuestos registros, capaces de comprender textos o voz humana (CLN - Comprensión del Lenguaje Natural) y capaces de producir textos o voz en alguna de las lenguas humanas (GLN - Generación de Lenguaje Natrual).
Pero todos estos avances tecnológicos tienen que ver con la estructura en la que se producen los registros, con su forma de presentación, con el canal de transmisión, en definitiva, con todo aquello estructural y formal y, de alguna forma, externo al mensaje que contiene el registro. Adaptamos nuestros registros a los soportes tecnológicos utilizados dentro de las TIC. Quizás sea este el Talón de Aquiles de nuestros registros, y tal vez su debilidad.
Pero al hablar de innovación en los registros nos olvidamos de la mayor de las innovaciones que es, además, la razón de ser de cualquier registro: el lenguaje. En nuestro caso, el lenguaje escrito, la escritura, innovación que nos remonta a los orígenes del hombre y que, una vez consolidada, ha iso sufriendo distintas transformaciones, la más importante a partir de la aparición de la imprenta en 1450, que propiciará la consolidación del lenguaje escrito, o lo que se denomina cultura escrita, y que irá adaptándose a los cambios sociales. La escritura junto a la oralidad constituirán ambas dos formas de comunicación con dos orígenes distintos, la lengua oral para la comunicación inmediata, cara a cara; la escrita, para la comunicación a través del tiempo y el espacio. Y esta innovación es común a cualquiera de los dos registros que he mencionado, persistiendo y manteniéndose sea cual sea el avance tecnológico del soporte en el que se incluyan. Siempre necesitaremos de la escritura para la existencia de un registro.
En los registros normativos el lenguaje escrito está ya predeterminado, catalogado, circunscrito a unas normas y estándares; en en los registros narrativos donde el lenguaje escrito muestra plenamente sus capacidades, todas sus potencialidades. Recordad que estos registros deben mostrar los efectos de la relación terapéutica como resultado de nuestra voluntariedad de interacción con el otro. Así, escribir será sinónimo de pensar, puesto que escribir sobre el otro es pensar en el otro. Al escribir, generamos ideas en base a la información obtenida desde el pensar en ese otro y desde la perspectiva de ese otro.
Pero ese proceso cognitivo de producción de significados a través de la selección y ordenación de informaciones y de la generación y formulación de ideas que es la escritura debe ir ligado a otro proceso: la lectura. Segunda innovación tecnológica en importancia. Y esta no ha de ser meramente instrumental, lectura como fuente de información sino como fuente de conocimiento, una lectura en la que la información es asimilada, discriminada y procesada para convertirse en conocimiento.
La lectura también es creativa, un proceso que ayuda al desarrollo de la inteligencia. Leer es interpretar lo que un escrito dice y no dice, lo que muestra y lo que esconde entre sus líneas. Al leer damos existencia al texto escrito, que sin la lectura no es nada. Un registro no sirve para nada si nadie lo lee.
Lectura y escritura son acciones intrínsecas, cooperativas, se necesitan la una a la otra. Se dan sentido la una a la otra. Registros mal escritos producirán una lectura dificultosa, deficiente, y esta lectura producirá una interpretación también deficiente que nos llevará a un conocimiento erróneo.
La lectura amplía nuestro pensamiento, modifica la organización de nuestro cerebro, nuestra capacidad de pensar, nuestro conocimiento. Un buen registro permitirá el ejercicio de la lectura crítica entendida como comprensión profunda de la información registrada (interpretar, establecer inferencias, analizar, explicar, evaluar la información), fortaleciendo nuestro pensamiento crítico para la toma de decisiones, para el establecimiento de un juicio clínico.
Con la irrupción de la tecnología se generan cambios profundos en la escritura y la lectura, en nuestras prácticas comunicativas y éstas, en cuanto a construcciones sociales que son, general a su vez cambios en la comunidad en la que están. "Desde los papiros egipcios hasta la actual pantalla electrónica, pasando por los manuscritos del monasterio medieval o las primeras impresiones, todo ha cambiado: los soportes de la escritura, la función de los discursos, el trabajo del autor y del lector o la manera de elaborar el significado", dirá Cassany.
A partir de estas nuevas prácticas comunicativas evolucionaran también los procesos cognitivos implicados en la escritura y la lectura, conduciendo a "cambios en la cultura y en las formas de pensamiento de las sociedades". Hemos generado también el Neoanalfabetismo (vocabulario reducido, pobre competencia lectora, dificultad de comprensión de un texto...). Como contrapartidda, la tecnología incremente la desigualdad social y conduce, en el campo de la literacidad*, en el campo de la escritura y la lectura, a una nueva forma de colonización cultural; se imponen a una mayoría los contenidos construidos por una minoría.
*Literacidad: conjunto de competencias que hacen hábil a una persona para recibir y analizar información en determinado contexto por medio de la lectura y poder transformarlo en conocimiento posteriormente para ser consignado gracias a la escritura.
¿Es posible afirmar que la escritura es cuidado? Y pos extensión, ¿que los registros son cuidados? Si entendemos cuidado como la suma de dos dimensiones, una instrumental, que tiene que ver con las actividades que realizamos para otra persona, y otra existencial, que hace referencia a la relación entre esas dos personas en la que se da un preocuparse por, un comprometerse con el otro, vemos como esas dos dimensiones se corresponden a los dos tipos de registro que describí al principio: los registros normativos y los registros narrativos o éticos.
¿Podemos decir de estos registros que son cuidados, que reflejan las dos dimensiones del cuidar, la instrumental y la existencial? (ver ejemplos Prezi),
"Poder poner en palabras lo que somos". Esta hermosa frase resume lo que deberían ser nuestros registros_ poder reflejar lo que somos, nuestra especificidad como enfermeras, poder reflejar nuestro cuidar, la expresión escrita de los cuidados enfermeros. Registrar no es más que otro aparecer del cuidad, registrar es hacer visible el cuidado dado al otro.
"No hay mejor espejo que refleje la imagen del hombre que sus palabras ", dirá J. L. Vives.
Y esa imagen del cuidar que representan nuestros registros es la condición necesaria para que un tercero pueda asumir "la responsabilidad del cuidado hacia el otro" (de nuevo, Amezcua), y para, a su vez, transferir nuevamente esa imagen. No una imagen egocéntrica (que olvida al otro, centro real del acto del cuidar) ni una imagen subordinada, despersonalizada y vacía de todo valor propio. Nos mostramos como somos con nuestro lenguaje, sea escrito u oral. No demos la espalda a nuestra esencialidad. Nuestro lenguaje, en este caso nuestro lenguaje escrito, los registros, son la imagen estática de lo que somos como profesionales, nuestro "selfie" documental.
Como me dijo alguien en una conversación por Twitter,
"el registro es la huella dactilar que nos caracteriza".
Hagamos que nuestras palabras, que nuestros registros, se conviertan en cuidados.