domingo, 19 de abril de 2015

Explorando Lo Incomprensible

Despersonalización = cosificación y reificación = el paciente cáscara

  Comienza a poducirse en la red, de nuevo, una serie de entradas que tienen como nexo común al ¿olvidado? paciente como persona. El movimiento no es nuevo pero parece que, por fin, comienza a tener entidad. Paciente como persona, como individuo, como sujeto de derecho. 

  Todos hemos sufrido (estoy seguro de ello) cómo, en el uso de la asistencia sanitaria, hemos sido tratados como objetos: objetos para la práctica médica, objetos para el uso de tratamientos protocolizados, objetos de la implacable burocracia hospitalaria, objetos molestos de la aburrida cotidianeidad asisstencial, objetos pasivos en definitiva, objetos pacientes. ¡Santa paciencia!, que decía aquél. Es lo que en filosofía se denomina cosificación o reificación: convertir a una persona en objeto, metafísico o ético, es decir, definir al otro como objeto y tratarlo como tal.
  Existen distintos criterios a la hora de decidir qué término debemos utilizar: paciente, enfermo, usuario, cliente... Cliente y usuario parecen indicar esa transformación de la persona en objeto: el cliente busca el servicio de un profesional y el usuario utiliza, por derecho, un servicio que le es ajeno; la asistencia sanitaria convierte, en este sentido, a la persona en su objeto de acción. Paciente tampoco parece integrar en sí el sentido pleno de persona como sujeto, como individuo, como ser que no sólo busca y/o utiliza un recurso sino que además participa, recíprocamente, de dicho recurso; paciente, tiene más la connotación de pasividad, de individuo pasivo, de individuo que espera (paciente-mente) a que se actúe sobre él, sin tener que participar en dicha acción. ¿Qué término utilizar entonces? Persona sana y persona enferma o enfermo (infirmus = débil, sin firmeza), creo que son las más adecuadas. De todas formas, el uso del término paciente está tan generalizado que no debe ser visto como un término negativo, sino como un término específico con un significado unívoco: persona enferma.


  Lo que quería mostrar aquí, es que debido a esta "multidimensionalidad" de la persona (J.M. Hernández Yáñez), olvidamos, en la mayoría de las ocasiones, verla en su totalidad y focalizamos nuestra actuación en uno sólo de sus aspectos.. Vemos un objeto y no un sujeto, un individuo, una persona. Ejercemos nuestra actuación sobre un aspecto concreto, obviando toda la singularidad que rodea al "objeto" de nuestra acción. La imágen que me sugiere esta parcialidad a la hora de hacer uso del sistema sanitario es la imágen de una persona que, al traspasar el umbral de dicho sistema, deja afuera todo aquello que la distingue y la personaliza, conviertiéndose así en "el paciente cáscara".
Deja de ser persona, se despersonaliza. Nos dirigimos a la cáscara y examinamos tanto su cara externa como la interna, obviando todo aquello que ésta recubre y que es la verdadera esencia de la persona; cosificamos al individuo, vemos al objeto, descartamos al sujeto, su participación, sus sentimientos, sus emociones, sus costumbres, sus deliberaciones, su capacidad de decisión... E intentamos rellenar, inconscientemente, esa cáscara con nuestras opiniones, nuestras creencias, nuestra cotidianeidad, nuestras costumbres protocolizadas, con nuestro discurso omnipotente y ególatra, con nuestras preocupaciones narcisistas... En definitiva, reuímos el contacto con la interioridad del paciente, y sólo nos interesamos por su cáscara, por su conservación y curación. Dice Allué en su libro (recomendado en la anterior entrada) que cuando hablamos de "curar" de "cuidados" hay que hacerlo en el sentido de la palabra inglesa "care" en lugar de la palabra "cure", debemos entender "curar" en un sentido pleno, holístico, no sólo dirigido a la cáscara sino al enfermo como persona, curar como guarecer, proteger, ayudar, cuidar dirigido a todos los ángulos del individuo, no sólo convertirnos en tecnólogos del curar.
  ¿Qué debemos evitar para no caer en esa despersonalización, en la cosificación de la persona? Algunas perlas extraídas del libro de Allué:
  1.  "...tal vez escuchando al enfermo se puede aprender algo mas..."
  2.  " No name. Las enfermeras y las auixliares desde hace cuatro o cinco años aprendieron a presentarse..."
  3.  "La bata blanca de los presuntos agentes que realizan la acción asistencial se utiliza a veces como coraza..." 
  4.   "...tenga que soportar que la tuteen cuando nadie lo hace ni en su casa. (...) "abuelo", "cariño", "artista" (...) Estas presuntas expresiones de afeccto (...) pueden resultar vulgares y hasta humillantes para algunos."
  5.  "Promover el autocuidado"
  6.  "...a mayor información mayor poder, lo que supone mayor capacidad de decisión, y, en consecuencia, mayor libertad."
  7. "porque algunos  médicos (...) suelen preguntar qué hacer a la familia en una situación extrema como si  la hoizontalidad privara de raciocinio al enfermo."
  8.  "Ahora, hablaba de mí como persona no del enfermo solitario de la habitación 7".
  9.  "Cada persona vive una circunstancia afectiva diferente, por lo que deberían establecerse soluciones distintas para cada situación."
  10. "Enfermería, el oficio más creativo dl mundo: manejo de situaciones críticas, legislación, Juicio, paciencia, medicina, psicología, energía, geriatría, pediatría, educación y escucha... Quien sea capaz de desarrollar todo esto, es alguien muy especial".



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