viernes, 28 de noviembre de 2014

Reflexión nº 14 bis

Enfermería e investigación - 2ª parte

Los Trabajos y los Días

...y sigue...

Dificultad nº 3. ¡El idioma!. Tantos años de escuela haciendo inglés, ¿para qué? ¿De qué me sirvieron? Cuando llegas a un nivel, sea el qué sea, es tan difícil superarlo... ¡Y mi nivel es tan bajo! Esta dificultad es bastante invalidante, los mejores artículos (por no decir los únicos) están en este idioma por lo que, a todas las anteriores barreras que nos han ido surgiéndo, ahora hemos de añadirles el idioma. Diccionario siempre al alcance, sentidos de la frase que se pierden, datos que son entendidos al revés... Y el tiempo que vuelve a adelantarnos. Más tarde, pero mucho más tarde, volverá a aparecer esta dificulttad, cuando querramos publicar un artículo de nuestro trabajo y debamos presentar necesariamente el resumen en español y en inglés o, aún peor, cuando nos atrevamos a enviarlo a una revista anglosajona. ¡què difícil nos lo ponemos a veces!

Dificultad nº 4. ¿Por dónde empiezo? Bien, ya había leído todo lo que me propuse leer, incluso en inglés; ya había redactado el proyecto (introducción, método ¿cuantitaivo, cualitativo?,...) y presentado al CEIC de mi hospital, y había tomado nota de todo lo que debía rectificar así como de los consejos que me dieron; había construído la herramienta que quería utilizar (una de ellas). Y ahora, ¿qué? Habían pasado un par o tres de meses desde que había comenzado a desarrollar la idea de la investigación y ahora era el momento de comenzar a materializarla. Seguí las indicaciones de los libros y artículos leídos y comencé por aplicar las herramientas que tenía. Aquí he de pararme un momento. ¿Herramientas? Utilicé un cuestionario compuesto por tres encuestas, una de las cuales tuve que construir ya que no había ningún modelo en la literatura, o por lo menos yo no lo encontré. Pero... ¿alguien me dijo que debía comprobar la validez y la fiabilidad del instrumento? Quizás me salté el apartado correspondiente en los libros que leí... Y el tiempo seguía avanzando... Bien, la cuestión es que me tiré a la piscina y pasé el cuestionario, previa determinación de la muestra (uf!), y esperé... Bueno, no, comencé a hacer la bibliografía (¡qué error!), redacté la introducción, seguía leyendo artículos con lo que me asaltaban nuevas dudas, modificaba la idea principal (¡y el cuestionario en marcha!)... 

Dificultad nº 5. Desconocimiento de los métodos estadísticos. Después de meses y de insistir para que los compañeros participaran en la encuesta (tenía que conseguir el número establecido) ¿qué debía hacer con ellos? ¿qué se hacía ahora? Ni idea de métodos estadísticos. Otra parada más en el camino de la investigación. Utilicé el paquete SPSS (¿y eso qué es?), bueno utillicé... lo tuve que estudiar previamente para poder utilizar una 10ª parte de sus posibilidades. Pero antes había construído un Excel y comenzado a introducir los datos del cuestionario (de fácil, nada). ¡Qué pérdida de tiempo y energía cuando desconoces lo que quieres hacer! Finalmente lo conseguí, pasé todos los datos y comencé su análisis. Bueeeeeno, de aquí hasta el final ya sería coser y cantar. ¡Ja!

Dificultad nº 6. Cómo citar. Pero, ¿por qué tiene que ser todo tan complicado? El desarrollo del cuerpo del trabajo, relacionar los objetivos del mismo con los antecedentes ya existentes en la literatura, relacionar los datos obtenidos con esos trabajos previos, entablar una discusión, las conclusiones y las recomendaciones, en definitiva, construír con sentido todo el trabajo fue una tarea complicada y, por momentos, desesperante. Me resultó difícil introduir las citas y referencias en el cuerpo del trabajo. ¿Cómo se hacía? Pues nada, vuelta a leer, leer y leer. Que si APA, que si Vancouver, ¿con númeero volados o con el nombre del autor y la fecha?, en fin, otra aventura.

Bien, pero finalmente, después de 15 meses podía dar por terminada la investigación y realizado el trabajo escrito. ¿Los resultados? no muy buenos, dieron una imágen bastante pobre del tema tratado. Lo presentas al CEIC que lo guarda para la memoria anual, envías una copia a tu Dirección (de la cual todavía esperas respuesta) e ilusionado piensas "¿y si lo envío a alguna revista para su publicación? ¿O lo presento en algún congreso?". Te decides por la revista y... Y el tiempo... ¡se cachondea ya de tí! ¿Publicar? ¡Comienzas a sufrir otra serie de dficultades! ¡Y vaya dificultades!

                                                                                                                          ...continuará...
 
   

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