Reflexión nº 10
La visibilidad de lo invisible - I
Presencias
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Robert Walser |
Es hora de comenzar a andar, de dejarse de quejas y protestas, de análisis infinitos sobre las preguntas de siempre, de metáforas y símiles para decir lo mismo pero de otro modo, dejarnos de contínuos autojuicios cuya reiteración conduce al mantenimiento de la opinión negativa de nosotros mismos. Es hora de dejar de hablar de cómo somos para ser, actuar, hora de abrigarse ante las inclemencias del tiempo y comenzar a recorrer un camino, difícil, lleno de dificultades, un camino que se pierde en el horizonte, un camino que se perfila como el inicio de un viaje que, en definitiva, "consuela porque lleva implícita la idea del retorno inminente", un retorno a nosotros mismos, un perderse para encontrarse.
Y este viaje, este comenzar a andar, debe hacerse aunque no entendamos nada de lo ocurrido, aunque no sepamos cómo hemos llegado hasta aquí.
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Enrique Vila-Matas |
"Aunque no he entendido nunca nada de este mundo, (...), aunque no he entendido nunca por qué vivo ni tampoco por qué un día estaré muerto, aunque no he entendido nunca nada, yo he seguido siempre adelante buscando y encontrando siempre en la literatura, y paradójicamente en el absurdo, el sentido del mundo."
"...lo mejor que podemos hacer es seguir adelante aunque no entendamos nada." E. Vila-Matas. Aunque no entendamos nada. 2003
Así que no tenemos más opción, si queremos invertir, transmutar, el ocultamiento que nos produce la "invisibilidad de lo visible" por la presencia de la "visibilidad de lo invisible", no tenemos otra opción que comenzar el viaje, comenzar a caminar, comenzar a actuar, a ser, a ser presencia.
"El artista de genio no cambia la realidad, lo que cambia es nuestra mirada. La realidad sigue siendo la misma, pero la vemos a través de su obra, es decir, de un lente distinto. Este lente nos permite acceder a grados de complejiad, de sentido, de sutileza o de esplendor que estaban allí, en la realidad, pero que nosotros no habíamos visto". Julio Ramón Ribeyro. Prosas apátridas 2007
Y la primera etapa en este viajar es la siguiente:
Presencia. Si nos atenemos a la definición del término, presencia es el "estado o hecho de encontrarse una persona en el mismo lugar que otras". Necesitamos que se produzcan presencias, y cuantas más mejor. Pero, ¿presencias de qué o de quién? Presencias de liderazgo: necesitamos la presencia en nuestros puestos de trabajo de las personas que lideran nuestra profesión en todos los ámbitos, gestión, académico, asistencial. Han de ser visibles también ellas para hacer visible nuestra invisibilidad. Han de estar presentes en nuestras organizaciones, no como piezas que se muestran para indicar "qué buenos somos y qué grandes ideas tenemos". El liderazgo enfermero ha de formar parte intrínsecamente del quehacer de la enfermera, ha de compartir conocimientos, actitudes, ha de abir paso y conducirnos por el camino que hemos iniciado. Y no hablo de gestión solamente, hablo de líderes en cuidados, de líderes en docencia, de líderes en investigación, de líderes en opinión y comunicacióón.
Estoy convencido de que la enfermería llamada de base no percibe la existencia de esos líderes, no conoce lo que están haciendo, los logros y el trabajo que desarrollan. Decimos que hay que reforzar la comunicación con la sociedad, con los pacientes, que debemos "presenciarnos" a través de la red 2.0; pero, desengañémonos, no existe aún el paciente 2.0 más que en las grandes ciudades, -pero no es por aquí por dónde quería ir-; y eso lo decimos obviando que donde falla la comunicación es, principalmente, entre el propio colectivo de enfermería. Hay un desconocimiento total, y hablo por parte de la enfermería de base, la de trincheras, del trabajo de esos líderes: son ellos los que no logran comunicarse, los que no se hacen presentes para los demás. Sí, es evidente el aumento de enfermería en las redes sociales, en los blogs, en el mundo virtual, pero aunque parezca contradictorio sólo unos pocos, sí, creo que así es, sólo unos pocos acceden a ese mundo para obtener información de quiénes somos y dónde estamos. Y ese mundo, a priori, con el mayor número de participantes posibles se convierte en un núcleo cerrado donde sus miembros vierten sus opiniones e ideas, no para esa población enorme de enfermeras, sino, inconscientemente, para su priopio núcleo. ¿que qué quiero decir con ésto? Que solicito a los líderes de nuestra profesión, gestores, docentes, clínicos, etc... se presencien de inmediato ante la enfermería, derriben las paredes que, involuntáriamente y entre todos, hemos creado a su alrededor y "se manifiesten", haga acto de presencia ante los demás. Estoy convencido de que si verdaderamente acompañan a la enfermera en su día a día, si le transmiten su liderazgo, si la convierten a su vez en líder de sus actividades, comenzaremos a vislumbrar un haz de luz que rompa con nuestra invisibilidad. Si nos fijamos en la definición inicial, ganaremos visibilidad sólo si nuestros líderes se encuentran en el mismo lugar que el resto de enfermeras, sólo si son verdaderamente presencia.
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